Argentina: Fuertes cambios en la industria del arándano

"Se cambiaron las zonas de cultivos, hacia aquellas más rentables. También dentro del mundo empresarial hubo muchos cambios. El gran número inicial de productores e inversionistas se redujo a aquellos más eficientes. Lo mismo se dio en el tema exportación”.

Hace más de 20 años se inició el cultivo de arándanos en la Argentina, cuando el hemisferio sur apenas había descubierto esta superfruta. Chile ya era un gran productor, pero Uruguay recién se iniciaba y en los otros países aún no se soñaba con este cultivo.

En sus inicios Argentina fue el clásico proveedor temprano, estando prácticamente solo durante octubre y noviembre. Su industria se basó en iniciarse lo antes posible, por lo cual implantó variedades tempranas, buscó regiones precoces y trabajó con el envío aéreo.

En la primera etapa hubo un real boom del arándano. Muchos inversores se volcaron a pleno a este negocio sin escatimar gastos, ya que desde el inicio se mostró como un cultivo caro, que solo es rentable invirtiendo con la mejor tecnología. Las proyecciones prometían ganancias más que atractivas. Desde entonces hubo muchos idas y vueltas y se tardó bastante hasta que el negocio maduró. Las tan atractivas ganancias se calcularon en un mundo con una oferta muy acotada y cuando había una ventana comercial muy interesante.

Oferta temprana

Cuando Argentina se inició en el mundo del arándano, era el único proveedor que llegaba bien temprano a los mercados, justo cuando finalizaba la campaña del norte y antes que Chile ingresara con sus crecientes volúmenes.

Octubre e inicio de noviembre estaba en manos de Argentina. Pero esto pronto cambió. En primer lugar a medida que aumentó la oferta, los precios empezaron a caer. Por otro lado esta ventana fue ocupada por otros proveedores, por lo cual los compradores ya no estaban ansiosos de aprovisionarse de arándanos durante esas semanas. La caída de precios fue muy abrupta. El negocio ya no presentaba tales ganancias y hubo que hacer muchos ajustes, aumentar la rentabilidad, disminuir los costos para adaptarse al nuevo escenario. Se cambiaron las zonas de cultivos, hacia aquellas más rentables. También dentro del mundo empresarial hubo muchos cambios. El gran número inicial de productores e inversionistas se redujo a aquellos más eficientes. Lo mismo se dio en el tema exportación.

Las primeras plantaciones se realizaron en la zona de San Pedro, unos 100 km al norte de la cuidad de Buenos Aires. Pero pronto se descubrió que la región de Concordia en la provincia de Entre Ríos, ubicada unos 400 km al noreste de Buenos Aires, presentaba características agroclimáticas mucho mejores. Los suelos son más livianos, arenosos, hay gran disponibilidad de agua de buena calidad y la incidencia de heladas es menor. En la región de Concordia se obtienen mayores rendimientos y frutos de óptima calidad.

Como el objetivo durante muchos años era ingresar lo más temprano posible a los mercados, se buscó zonas de cultivo más al norte. Tucumán resultó el lugar que mejor se adaptaba al arándano. A su vez se implantaron cultivos en Salta y Corrientes.

Precocidad por calidad

Con los cambios que hubo en el mundo del arándano; la precocidad ya no es lo más buscado, ganando importancia entre otros el rendimiento del cultivo, la calidad de la fruta, la disponibilidad de agua, la logística y facilidad de conseguir cosecheros. Por lo cual hubo cambios en la ubicación de las fincas, concentrándose en aquellas regiones donde este cultivo es más rentable. Actualmente hay unas 1.400 ha en la región más al norte (Tucumán, Salta), 1.100 ha en la región noreste (Entre Ríos-Corrientes) y 300 ha en Buenos Aires. Sobre esta superficie se producen unas 20- 22.000 toneladas. De estas el 70% se exporta en fresco, 20% se congela y un 10% se destina al mercado local.

Cambio varietal

A igual que en las otras regiones, hubo muchos cambios en el tema varietal. El cultivo se inició con la ya legendaria O´Neal. En la etapa inicial también se implantó Misty, Jewel y Millenia. Estas están desapareciendo cada vez más. Actualmente predomina la Snowchaser, Star, Farthing, Primadona, Blue Crips, San Joaquín y Kestrel. Además los productores son conscientes que el recambio varietal es una constante, siempre aparecen genéticas superadoras.

Orgánicos

Otro punto que está teniendo creciente importancia es la producción orgánica. Argentina se inició hace muchos años en esta forma de producción. Dentro de la fruticultura el país es conocido por la producción orgánica de manzanas y peras. A estas frutas se está sumando cada vez más el arándano. En el 2019/20 el 15% de la exportación correspondió al orgánico, en la campaña 2020/21 se estima será el 30%.

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