Argentina: la exportación de arándanos orgánicos frescos creció un 70% en 2019

Argentina tiene ventajas comparativas para abastecer este mercado en crecimiento con múltiples productos de sus economías regionales debido a su variedad de climas, a la fertilidad de sus suelos, su capacidad emprendedora y a la posibilidad de proveer en contra estación.

Con 3,7 millones de hectáreas bajo seguimiento orgánico durante el año 2019, Argentina se ubica 2º en el ranking mundial de superficie orgánica certificada, sólo después de Australia. Esto se debe principalmente a la producción ganadera que ocupa 3,4 millones de hectáreas, mientras que 238 mil corresponden a superficie destinada a producción vegetal. En este contexto, se observa un importante crecimiento en la superficie cosechada de arándanos, habiendo pasado de 156 hectáreas en 2011 a 1.001 hectáreas en 2019.

La producción de arándanos en Argentina se ubica en una latitud en la cual hay amplitud térmica y estaciones del año marcadas que hacen que la fruta tenga un mayor contenido de azúcares y por lo tanto un sabor más dulce. Al mismo tiempo, la producción es más natural resultado de suelos ricos en materia orgánica y nutrientes, así como también un ambiente natural que no favorece el desarrollo de plagas, permitiendo que los cultivos sean muy sanos y que la intervención ambiental sea mínima. Todo esto, sumado a que la calidad del agua es tan buena que no necesita ningún tipo de intervención, resulta en que la producción orgánica pueda darse muy naturalmente.

Certificación orgánica con homologación para la UE, Japón y Suiza

Una característica fundamental que le ha posibilitado al país este prestigioso posicionamiento desde un comienzo es su norma y sistema de control. Al respecto, Facundo Soria, Coordinador del Área de Producción Orgánica del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, explicó que “desde la década del 90 el país cuenta con una normativa orgánica parecida en sus requisitos a la de la Unión Europea, quien enseguida nos reconoció como tercer país, lo que nos permitió acceder y posicionarnos rápidamente como un proveedor confiable en el principal mercado consumidor de productos orgánicos en ese momento. A los pocos años, Argentina le dio un amparo de ley a todo el sistema, a través de la Ley 25.127 de 1999”. Actualmente la certificación orgánica argentina cuenta con homologación para la Unión Europea, Japón y Suiza, y se encuentra en negociaciones para lograr equivalencias con Estados Unidos y Corea del Sur. “Estas equivalencias le permiten a Argentina llegar a cada vez más consumidores. Los productos orgánicos argentinos, sobre todo las frutas, son muy reconocidos en el exterior, no solo por el prestigio que tiene el país y el aval que le da el SENASA, sino también por la calidad intrínseca de los productos”.

La evolución de la producción orgánica de arándanos fue lenta al principio, y a medida que el conocimiento se empezó a difundir, el crecimiento fue imparable. Francisco Estrada, representante del Comité Argentino de Arándanos – ABC, explicó que “en el NOA, el factor climático ha permitido que la transición hacia la producción orgánica se hiciera fácilmente, además de que hay una clara tendencia mundial de los consumidores a elegir productos con estas características”. En esta zona, entre el 80% y 90% de la producción es orgánica o está en vías de certificación.

Unión Europea y Estados Unidos, los principales destinos de exportación

En 2019 se exportaron 47.922 toneladas de frutas orgánicas. Las principales provincias productoras fueron Río Negro (40%), Tucumán (22%) y Chubut (17%). En el caso de Tucumán se destacan los limones y los arándanos. El volumen exportado de arándanos en sus diferentes categorías pasó de 697.979 kilos en 2015 a 2.206.935 kilos en 2019. En cuanto a arándanos frescos, hubo un crecimiento del 70% en 2019 versus 2018, alcanzando las 1.907 toneladas, ubicándose en tercera posición en volumen de frutas orgánicas, detrás de pera y manzana.

Fuente: Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria – SENASA

 

Los mercados de exportación fueron evolucionando. Hasta el 2008, el principal destino fue Reino Unido, año en el que la demanda cayó abruptamente. A partir del 2010, Estados Unidos empezó a mostrar un crecimiento que luego resultó ser imparable y, poco tiempo después, Europa equiparó y hasta superó, esa demanda. De acuerdo a datos oficiales del SENASA, Los destinos principales de los arándanos orgánicos de Argentina fueron la Unión Europea con el 56% del total y Estados Unidos con el 39%. Es importante aclarar que, en el caso del mercado de Estados Unidos, el volumen exportado seguramente es mucho mayor, ya que hay un universo de productores que sólo certifican la normativa de dicho país y no la de Argentina, por lo que no son contabilizados en la estadística de SENASA.

Oportunidades de Desarrollo en Asia y el mercado interno

Según Estrada, las oportunidades de crecimiento son importantes, primero en los mercados donde Argentina ya está presente y todavía le falta progresar, como es el caso de Estados Unidos, pero también en aquellos mercados que todavía no están muy desarrollados como China, los países del Sudeste Asiático e India donde el potencial es muy grande.

El mercado interno también representa una oportunidad de desarrollo. En 2019 representó 13.311 kilos, el 0,7% del total del volumen productivo, ubicándose en la cuarta posición detrás de peras, manzanas y ciruelas. En este sentido Soria resaltó que “hay un auge de los bolsones agroecológicos. No existe una categoría “agroecológica” de frutas como en el caso de las hortalizas, pero generalmente esa oferta se complementa con frutas orgánicas y eso hace que la demanda se dispare. Esto demuestra que el consumidor es un consumidor cada vez más consciente y preocupado por los alimentos que ingiere”. En la misma línea, Estrada reflexionó “En 4-5 años el mercado local va a ser muy importante porque nosotros a nuestros niños les estamos inculcando cada vez más la preocupación por la salud y el medioambiente, y esos niños empiezan a definir lo que se compra en sus hogares”.

A todo esto se suma también el profesionalismo a nivel técnico que impacta directamente en la competitividad. “Hay centros de investigación o universidades que están enfocados en esta producción diferenciada. Argentina está haciendo una buena escuela también en el desarrollo de insumos. Esto llevó a que se vaya generando una masa crítica de profesionales que van entendiendo que el enfoque es otro. Un productor que sepa manejar no solamente las variables comerciales, sino también las productivas hace que el rendimiento se incremente. En la medida que todo crece, que cada vez hay más productores, más volumen, más técnicos, hace que se empiecen a licuar los costos de economía de escala porque empieza a mejorar la eficiencia en logística, transporte, frío, almacenamiento, en toda la cadena. Nuestro potencial es enorme”, reflexionó.

Incentivos para promover la producción orgánica

Actualmente el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación está trabajando y promoviendo un proyecto de ley que contempla distintos instrumentos para impulsar la producción orgánica. Entre otros incentivos, también existen programas específicos de subsidios y financiamiento diferencial, y siempre está presente en el pensamiento político de promoción la reducción a los derechos de exportación de este tipo de productos, cuya implementación depende de la coyuntura política.

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