Berries, una partida soñada que la lluvia dejó en dudas
En arándanos, el aumento de volumen en EE.UU. llevó a un leve descenso de los precios. Se espera que podrían ser levemente menores a los del año pasado.
Carlos Ferrer acaba de participar en la edición 2016 de la PMA, uno de los mayores eventos a nivel mundial dedicado a las frutas y vegetales frescos, donde pudo conocer las tendencias y novedades de esta industria. En los últimos días, en EE.UU. se dio tiempo de recorrer algunos supermercados de cadenas del retail de Orlando. Lo que más le llamó la atención, dice, fue la demanda que hay en Estados Unidos por berries y el interés que existe por esos frutos chilenos… Como la temporada de cosecha en el país recién comienza, había mayoritariamente arándanos peruanos y argentinos que se estaban vendiendo muy bien y a precios altos.
«Se nota el interés en los supermercados… Les están dedicando mucho espacio en las estanterías a los berries… La demanda del mercado definitivamente existe. Había todo tipo de rango de precios; vendían dos copitas de 160 gramos cada una y hay seis copitas por kilo, o sea serían como a 15 dólares por kilo, hasta precios de cuatro dólares la copita, lo que equivale a US$ 24 el kilo», destaca Ferrer.
Asesor de exportadores de de arándanos, el principal berry de embarcado en fresco de Chile, Ferrer comenta que la temporada se veía magnífica en su desarrollo, con un muy buen invierno y una mejor primavera que hacía prever un muy buen resultado productivo, lo que se unía a las grandes expectativas en los mercados. Eso, hasta que las últimas lluvias pusieran un gran signo de interrogación respecto de cuánta fruta resultó dañada y cuánto se afectará su condición, lo que solo se conocerá con mayor certeza en los próximos días.
Desde la Asociación de Exportadores, su presidente, Ronald Bown, explicó que las copiosas lluvias tendrán su efecto en las variedades tempranas de especies que ya iniciaron su cosecha, como las cerezas y los arándanos, por lo que se adelanta que habrá mermas, que podrían ser cuantiosas.
Se repite así una vez más que un evento climático afecta la producción, como ya se está haciendo habitual en las últimas temporadas, en una industria que en el caso de los berries tiene perspectivas de llegar a los US$ 2 billones en exportaciones en la próxima década, considerando que en 2015 alcanzó envíos por US$ 843 millones, a una tasa de crecimiento de 11% en los últimos 10 años.
Consistente retorno para arándanos
El último informe del Comité de Arándanos plantea que la temporada partió con dos semanas de anticipación respecto de la anterior, lo que queda de manifiesto en que, hasta la semana 40, se observa un acumulado de 414 toneladas versus las 101 de 2015/2016. El informe proyecta para la campaña 2016/2017 un aumento de 3% en los volúmenes exportados, y mantiene la estimación de más de 94 mil 200 toneladas de producto fresco. Sin embargo, está aún por verse el efecto de las fuertes lluvias, viento y heladas en la zona centro sur.
«La temporada 2016/17 viene marcada por temperaturas más normales, una acumulación térmica mayor que el promedio de los últimos tres años y un inicio más temprano. Sin embargo, esta última semana ha estado marcada por bajas temperaturas y lluvias desde la zona centro al sur que estarían retardando los avances de cosecha y estados fenológicos, lo que podría cambiar la posición de adelanto que se observaba en torno a 7 a 10 días respecto de 2015/16. Todo se definirá en las próximas semanas dependiendo de las temperaturas», plantea Andrés Armstrong, gerente general del Comité de Arándanos.
La mirada de otros especialistas considera que esta no será una temporada fácil.
«Partieron con buenos precios, pero en las dos últimas semanas el mercado ha estado aflojando bastante, porque empezó a haber bastante más volumen. Creo que va a haber menos congelado, porque el precio va a bajar. Hay stocks enormes de congelado, lo que debiera hacer que haya una mayor tendencia de los productores a mandar más fruta al mercado fresco, lo que el año pasado no hicieron. Por lo tanto, debiera haber un poco más de volumen en fresco respecto del año anterior, lo que podría afectar negativamente los precios», señala Juan Ignacio Allende, gerente general de Hortifrut.
A su juicio, la demanda eso sí seguirá creciendo.
«Eso siempre ayuda. No creo que sea una situación catastrófica, pero no esperaría precios mejores que lo del año pasado, sino un poco más bajos, pero todo puede cambiar por un evento climático», agrega Allende.
Concuerda con el análisis el consultor Felipe Rosas.
«Los retornos esperados para el arándano fresco no van a ser mucho más altos que en la temporada pasada, pero sí consistentes; entonces, la gracia es que para los productores que ya tengan pagados los costos generales de infraestructura se trata de frentón de un cultivo de gran rentabilidad», concluye el director de Rconsulting Group.
La cifra es a partir del cálculo que hace para esta temporada de alrededor de tres dólares el kilo, que descontados los costos quedarían en un dólar a productor en el caso de la fruta que va a congelado.
¿Qué factores están empujando este resultado? Para Rosas, es importante lo que pasó con la temporada de arándanos frescos en Estados Unidos y Canadá, en que se adelantó su inicio y su término, con una producción que bajó 4% respecto del año anterior, lo que se vio reflejado en un alza de precios del orden de 5% al 10% respecto de la temporada 2015/2016.
«Como la temporada terminó anticipada, los precios de inicio para Argentina, Perú y Chile, que se adelantó también, están 20% más altos que el año pasado. Todo eso configura un escenario que tiene varios aspectos: en la zona de Maule a Biobío ante la expectativa de mayores precios se va a tratar de exportar lo más posible en fresco, lo cual podría producir un déficit de fruta para la industria; en la zona de Biobío que todavía no está libre de Lobesia botrana y que no puede exportar arándanos orgánicos, ya que se tienen que fumigar con lo que pierden esa condición, por los altos precios se van a fumigar los orgánicos y se van a exportar como convencionales a Estados Unidos ya más entrada la temporada. Esto ya ocurrió en la campaña anterior, pero este año va a significar una mayor proporción», señala Felipe Rosas.
Rosas habla de que el productor tratará de aprovechar los precios altos, refiriéndose a retornos a productor de unos 3 a 3,5 dólares por kilo, considerando que el orgánico normal tenía un retorno de 7 dólares a productor cuando no había lobesia.
«La salvación del productor del Biobío hasta el año pasado era vender sus arándanos orgánicos para congelado. De hecho, el año pasado se pagaron US$ 3,80 el kilo, pero este año, por la gran cosecha que viene ya por tres años consecutivos de arándanos silvestres del este de Estados Unidos y Canadá, los precios se derrumbaron y arrastraron a los cultivados, y hoy los arándanos congelados si el año pasado valían US$ 3.300 la tonelada ahora están a US$ 2.100. Entonces, el precio promedio que se pagó en Estados Unidos por arándano para la industria es exactamente el promedio de los últimos 30 años 90 centavos a un dólar el kilo a productor, mientras que el año pasado en EE.UU. se pagaron US$ 1,60, y hace un par de años, más de US$ 2», destaca Rosas.
La duda actual es en cuánto va a terminar la temporada de exportaciones. Hace dos años se llegó a 93 mil toneladas, en la temporada anterior fueron 93.500 ton y en la actual se partió hablando de 95 mil a 100 mil ton en fresco. Después la estimación cayó a 95 mil, pero la helada que cayó en la primera semana de septiembre y la segunda en octubre en la zona del Maule y Biobío hacen que la expectativa disminuya.
Paulina Campos, gerente del mercado de arándanos de Copefrut, estima que las heladas de septiembre y de principios de octubre «disminuirían entre 10% y 15% el volumen, afectando principalmente a las variedades tempranas de la VI y VII Región. Debido a las altas temperaturas que se registraron en la zona central durante mediados de septiembre, la producción de variedades tempranas y de media estación vienen adelantadas en aproximadamente 10 a 15 días».
A eso se agrega que la temporada se adelantó por mayor temperatura. Y una máxima de la fruticultura es que si hay adelanto o atraso en la cosecha, se produce menos. Todo esto lleva a Rosas a presagiar que lo más probable es que Chile exporte 90 mil toneladas o menos, es decir, entre 8% y 10% por debajo del año pasado.
«Lo bueno es que Chile compite con Chile. A pesar de que Perú produce todo el año, no genera volúmenes importantes, mientras que Argentina termina la semana 51 o 52, o sea a fin de año, y se está trabajando bien en el sentido que los embarques ya no llegan todos juntos», destaca Rosas.
Precio a la baja en frambuesas
Esta temporada la frambuesa podría pagar finalmente las consecuencias, con menor consumo, luego de precios demasiado altos en los últimos dos a tres años, a juicio de Antonio Domínguez, socio de Nevada Chile, director de Chilealimentos y presidente IRO, la organización mundial de la frambuesa. Se espera una producción e algo mayor, que reflejaría una recuperación del volumen, producto de renovaciones de los huertos, además de nuevas plantaciones. Las estimaciones indican para 2016/2017 niveles entre 40.000 y 45.000 toneladas.
«El mercado se resiste a pagar precios tan altos como en la temporada pasada», destaca Domínguez.
También la baja se debe a cuestiones de mercado, como que las cosechas en Serbia -algo más baja-, y de Polonia -bastante más alta-, junto con una disminución de los costos de sus materias primas se han traducido en precios de venta menores para la actual temporada europea.
«Se estima que el precio de partida a productor para la frambuesa en Chile no debería sobrepasar los $1.000/kilo, comparado con 20 a 25% más con que partió el año pasado», señala Antonio Domínguez, quien destaca que aún no están bien definidos los precios internacionales, porque la temporada de cosecha del hemisferio norte acaba de terminar y se encuentran en negociaciones los exportadores serbios y polacos con sus clientes tradicionales de Europa. La cifra no es excelente como había sido en los últimos tres a cuatro años, pero debería funcionar. Será una rentabilidad menor para el productor, por lo que tendrá que mejorar eficiencia y buscar mejores rendimientos agrícolas.
No obstante, el empresario plantea que los precios para la frambuesa IQF -congelado individual- podrían rondar niveles de US$ 3.200/tonelada en origen (Europa) y US$ 2.100 para el crumble -congelado como torta-. Este nivel es 10% más bajo que lo conseguido el año pasado.
«Estados Unidos tuvo una producción muy similar al año pasado y se ha notado un incremento en sus importaciones desde México y Serbia, lo que ha llevado los precios a la baja. Lo anterior deja en evidencia una nueva competencia para Chile. Pero, a pesar de eso, los precios de venta en este mercado seguirán siendo superiores al resto de los destinos, exceptuando Japón que también es de precios altos, por sus exigencias de calidad», dice Domínguez.
Lo que ha pasado en EE.UU. es que como lo normal es que se pague más por la fruta local que por la importada, se advierte una mayor plantación de arándanos en los últimos años, dada su mayor rentabilidad.
En tanto, como China no ha logrado éxito en encontrar lugares aptos para el cultivo de frambuesas, se estima que el consumo va a ir aumentando, por lo que los exportadores chilenos calculan que, en un tiempo no lejano, China podría convertirse en un buen cliente para las frambuesas procesadas chilenas, tal como ha pasado con el arándano.
Eso sí, en este mercado están empezando a asomar nuevos actores, como los casos de Bulgaria y Ucrania, países con costos de producción menores que Chile, destaca el presidente de IRO.
Otras realidades
El resto de los berries tiene proyecciones diferentes. En el caso de la mora, la sobreproducción en Europa tiró los precios a la mitad de lo conseguido el año pasado, con valores que pasaron de US$ 2.300 la tonelada de mora congelada a US$ 1.100 hoy.
En el mercado de la mora fresca solamente juegan Colombia que tiene 10 mil hectáreas plantadas y la usa para jugo, y México que posee 14 mil hectáreas y exporta a Estados Unidos.
El negocio que interesa a Chile son las moras procesadas y en este Estados Unidos es importante, con Oregón como único estado con producción relevante. Sus precios actuales son levemente más altos que los chilenos.
«Las moras van a seguir con estas variaciones, con alzas y bajas de precios y más aún, con poca diferenciación entre orgánicas y convencionales, porque los precios van a estar bajos, del orden de 400 pesos a productor el kilo para congelado», señala el consultor Felipe Rosas.
El precio de las frutillas en las últimas tres temporadas ha sido del orden de US$ 0,90 el kilo. Y Felipe Rosas estima que volverá a repetirse en esta temporada.
De los cinco millones de toneladas de berries que se producen en el mundo, el 80% corresponde a frutillas. Como cultivo son comparadas con las papas, ya que rápidamente permiten reaccionar frente a los cambios de mercado.
Es lo que ocurrió en Chile esta temporada. Según Rosas, si lo normal es que haya entre 1.600 y 1.650 hectáreas cultivadas, por lo menos la superficie habría crecido unas 200 hectáreas más.
Una proyección dorada
Pese a las dos últimas temporadas complicadas por el clima para los volúmenes producidos de berries, en Chilealimentos esperan un repunte de la oferta debido a las inversiones realizadas en el sector.
La mirada de largo plazo para esta actividad plantea la posibilidad de llegar a US$ 2.000 millones en una década.
«Nuestras proyecciones para los próximos 10 años las hemos acotado, según los parámetros históricos de comportamiento del sector. Según eso, nos movemos en una banda igual al 100% del crecimiento histórico, en la parte alta, a una de tan solo el 25% de la tasa histórica, por abajo. Eso implica que para el presente año, las exportaciones de berries de Chile podrían fluctuar entre US$ 860 millones y US$ 915 millones. Para 2017, las cifras irían entre US$ 890 millones y US$ 993 millones. A diez años plazo, las cifras van entre US$ 1.100 millones y US$ 2.200 millones. Seguramente la cifra de negocios para Chile se ubicará en el rango medio de la proyección que hemos realizado», señala Guillermo González, gerente general de Chilealimentos, el gremio de los procesadores de alimentos.
Según explica, la tendencia creciente en las exportaciones está avalada por el crecimiento mundial de las importaciones de berries, las que hicieron crecer en 2,5 veces el tamaño del negocio a nivel internacional, llegando a US$ 9.225 millones en 2015.
Las cifras disponibles señalan que Chile es importante a nivel internacional en las exportaciones de arándano fresco y frambuesa congelada. Habiendo espacios aún por desarrollar para más especies frescas y, muchos productos elaborados.
«En estos últimos, hay que tener en cuenta que a partir de una sola especie, se pueden generar cientos de productos, lo que cada día se ve con mayor frecuencia en la oferta de exportación del país. Productos infundidos -deshidratados con presencia de jugos de otras frutas-, mezclas de pulpas de frutas, mezclas de jugos, etc. Todo esto implica una agregación de valor muy significativa para lo que producimos y exportamos, lo que debiera ser cada vez una realidad más presente en nuestra industria», concluye González.
Fuente: Especial Berries. El Mercurio
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