Cereza se abre camino en Perú y podría desplazar a arándanos en exportaciones.
Si Perú logra cultivar y exportar su propia cereza podría competir con Chile, que es el principal exportador del mundo.
Si bien al principio hubo dificultades para importar material genético y cultivar variedades de cereza en Perú, en el corto plazo podrían empezar a realizarse pruebas con diferentes tipos provenientes de Estados Unidos e Italia. Esto ha mejorado el panorama de las empresas agroexportadoras nacionales que, a su vez, miran con entusiasmo la creciente demanda de algunos mercados.
Desde hace un buen tiempo, el país viene trabajando para agregar este producto a su canasta agrícola, un fruto especialmente muy codiciado por el mercado asiático. De hecho, la cereza es el fruto de “estatus” en China.
El principal comprador de cereza en el mundo es China por un valor aproximado de US$ 3.000 millones en 2023, detalló Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP). Alrededor del 70% de este monto (US$ 2.200 millones) de las cerezas que compró China fueron de Chile.
El nivel de consumo en China es importante. Por ejemplo, Malena Ayala, experta en cerezo de la Universidad Católica de Chile, comentó que, durante el Año Nuevo chino, que dura alrededor de 15 días, cada persona puede consumir 10 cerezas al día. La población de China bordea los 1.410 millones de personas.
Si Perú logra cultivar y exportar su propia cereza podría competir con su vecino del sur, que es el principal exportador del mundo. “No hay un cultivo peruano que exporte en valor de US$ 3.000 millones. El arándano, nuestro principal producto agrícola exportador, alcanzó los US$ 1.880 millones en la campaña 2023 -2024. La cereza podría superar, tranquilamente, al arándano”, afirmó Amaro.
Variedades de Estados Unidos
El camino pendiente para exportar cereza al mercado chino empieza porque no tenemos una producción local importante, del tamaño del arándano o la uva. Si bien se conoce que el país tiene potencial para cultivar cereza por sus condiciones climáticas, las barreras para importar material genético y cultivar nuestras propias variedades han sido un problema para las empresas agroexportadoras. No obstante, el panorama está cambiando: en el corto plazo se empezarían a hacer pruebas con diferentes variedades de cereza obtenidas de Estados Unidos e Italia.
Amaro explicó que han pedido al Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) el acceso al material genético de países como Estados Unidos, China y Corea del Sur para realizar pruebas y desarrollar nuevas variedades de cerezo. “Estamos esperando la autorización para traer al Perú material genético. Por ahora, tenemos acceso a algunas variedades de Chile”, comentó el presidente de AGAP.
A su turno, Orlando Dolores, director general del Senasa, informó que vienen trabajando para apoyar a los agroexportadores con la importación de nuevas variedades y así se puedan realizarse investigaciones, que eventualmente definan qué variedades se sembrarán.
“Vamos a autorizar, en el corto plazo [antes de fin de año], la importación de [material genético de] nuevas variedades de cereza provenientes de Estados Unidos (…) Lo más probable es que, de acá a un par de años, podamos empezar con la producción comercial de cereza. En paralelo, estaremos trabajando en abrir mercados para la cereza”, apuntó Dolores.
Por su parte, el jefe de AGAP indicó que las principales variedades de Chile con las que se vienen desarrollando el cultivo de cerezo en Perú son la Regina (originario de República Checa) y la Lapins (originario de Canadá).
De hecho, el país sureño, tardó 20 años para identificar variedades provechosas. Chile, si bien es el principal exportador mundial de cerezo, tiene una alta dependencia por la genética de otros países. Hoy, dicho mercado exporta la variedad Santina y Lapins, originarios de Canadá, y Regina, que es de República Checa.
Zona idónea para sembrar
Para sembrar una fruta en un lugar de cultivo, por primera vez, deben hacerse estudios y análisis que permitan identificar si se cumplen con las condiciones climáticas que necesita el alimento para crecer. La cereza depende en gran medida del clima.
El cerezo es un frutal de hoja caduca que necesita horas de frío para invernar. En detalle, requiere entre 400 a 800 horas de frío, en una zona donde la temperatura no supere los 20 grados. Entonces, ¿la cereza debe cultivarse en zonas donde no sea común el calor? De acuerdo con el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), las zonas de la sierra con mayor altura son aptas para el cultivo de cerezo.
Amaro mencionó que, tanto agroexportadoras como el INIA, están trabajando para identificar las mejores zonas para el cultivo de cereza y sus variedades. “Tenemos varios socios, alrededor de 10 empresas, que están probando el cultivo de cereza y, poco a poco, se van a incorporar más empresas, conforme a los resultados que se obtengan del comportamiento agronómico del cerezo en el lugar de siembra”, comentó el presidente de AGAP. Reconfirmó que el principal mercado que tienen en la mira para exportar las cerezas es China por su alta demanda.
De acuerdo con Carlos Vargas, ingeniero y especialista en frutales del INIA, desde hace cinco años, empresas como Camposol, Agrícola Andrea, Beta y otras, están realizando ensayos de adaptación del cerezo en la sierra: Huancayo, Ayacucho, Huaraz y en Arequipa.
“En la sierra tenemos casos exitosos [sobre productos con características similares]. Por ejemplo, la palta hass se ha adaptado muy bien”, comentó Vargas a Gestión. Si bien las variedades de cereza que se cultiva en Perú se han identificado entre 15 a 20 hectáreas de cultivo de cereza autorizadas, según el INIA— son las que se producen en Chile, es decir, las convencionales, también han aparecido nuevas, que están en etapa en cuarentena en nuestro país.
Senasa tiene que evaluar si dichos productos agrícolas no tienen ningún patógeno que pueda afectar la fitosanidad del país. Tras ello, su material genético se liberaría para que se cultive en el campo o huertos.
“Tenemos conocimiento de viveros en Perú que han introducido variedades de origen italiano. Son las variedades sweet: sweet gabriel, sweet lorenz y sweet aryana. Las nuevas variedades de cerezo están instaladas en el vivero del Tambo en Piura y están pasando la cuarentena. En algunos meses, ya van a estar liberados. Para fines de este año, una a dos empresas van a tener material genético liberado por Senasa”, detalló Vargas.
Asimismo, comentó que investigadores y viveristas en Perú están haciendo convenios con International Fruit Genetics (IFG), una empresa genetista de Estados Unidos, para realizar ensayos de nuevas variedades protegidas de cerezo que cuentan con menor exigencia de horas fríos y de maduración temprana.
En una segunda etapa, cuando estén liberadas las nuevas variedades con bajo requerimiento de frío, se realizarán estudios de su comportamiento agronómico. “En los huertos de las diferentes regiones de la sierra se determinará dónde se ha adaptado mejor al cerezo”, afirmó el especialista en frutales.
“Las plantas de cerezo, de las nuevas variedades que vamos a recibir, tardan en florecer entre dos a tres años. Es decir, es probable que, en 2026, ya podríamos cosechar dicho fruto y así convertirnos, en los siguientes años, en uno de los principales productores o exportadores de cereza”, complementó Vargas del INIA.
Algunas de las variedades de cerezo provenientes de International Fruit Genetics (IFG) que destacan, y que en gran parte ya están en Perú, son: Ráfaga alegre, Resplandor alegre, Luna alegre, entre otras.
“En Chile están dejando de producir sus variedades de cerezo habituales y están optando por nuevas variedades protegidas de bajo requerimiento de horas de frío”, comentó Vargas. Agregó que, en vista de lo que sucede en el país vecino, varias compañías en Perú han recibido la autorización de estas empresas para acceder a su material genético.
Y es que, estas nuevas variedades, como señala el especialista en frutales del INIA, se pueden adaptar a una superficie más plana y con menos exigencia de temperatura bajas. “Entre la costa y la sierra está el hábitat del cerezo peruano”, afirmó Vargas.
Al respecto, Dolores, director de Senasa, comentó que el mejoramiento genético ha hecho que existan variedades que puedan sembrarse en inviernos cálidos, como en la costa. “Al igual que la cereza, la uva requiere de muchas horas de frío. Sin embargo, hubo nuevas variedades que se adaptaron a las condiciones climáticas de Piura. Entonces, esto avanza a punta de mejoramiento genético; es vital traer plantas y adaptarlas a nuestras condiciones”, comentó.
“Hay variedades que necesitan llegar a los tres grados para producir, pero hay otras nuevas, debido a los avances en el mejoramiento genético,, que pueden soportar los 14 grados para producir. Entonces, es posible cultivar cereza en la costa”, añadió.
Ganancias alrededor
En Chile empiezan a cosechar su cerezo desde el 15 de octubre hasta de fines de febrero (cosecha en contraestación), que coincide con el Año Nuevo chino. “Una vez que podamos obtener nuestra propia variedad de cerezo, el objetivo es cosechar antes que Chile, es decir, en septiembre o inicios de octubre, donde se obtienen los mejores precios del fruto por la demanda de China”, dijo Vargas, especialista en frutales del INIA.
El objetivo sería cosechar en contraestación para abastecer la demanda de China porque, por lo general, en los meses de octubre o noviembre, no hay oferta en el mercado internacional.
“En promedio, el arándano está US$ 8 el kilo, mientras que la cereza está US$ 12. Sin embargo, en octubre y noviembre, el precio que se pone a la cereza en la China (previo al Año Nuevo chino) alcanza los US$ 80 o US$ 120 en kilo”, afirmó Vargas.
Además, por el inicio de operaciones del megapuerto de Chancay, nuestros productos agrícolas serán más competitivos, debido a la mejora en los costos logísticos, en un contexto donde las agroexportaciones van directamente a Asia. El tiempo de viaje se reduciría de 45 a 30 días.
Dolores explicó que el cultivo de la cereza, en Perú, ya empezó con la etapa de probar cuál de las variedades de otros países se adapta mejor. El siguiente paso es producir y gestionar su llegada a más mercados. “Esas son las fases de cualquier producto agrícola desde la primera vez que se empieza a cultivar hasta su exportación. Así ocurrió con la palta hass, el arándano y pasará con la cereza”, afirmó el director de Senasa.
Puntualmente sobre el acceso de la cereza al mercado chino, Dolores explicó que, usualmente, el ingreso de un producto agrícola, en especial el mercado asiático, demora en promedio cuatro años. Sin embargo, indicó que se puede reducir a dos si hay apoyo de la Cancillería y se le da prioridad.
“Para el 2028, ya debería haber exportaciones de cereza peruana hacia el mundo y, principalmente, a China. Con la instalación del megapuerto de Chancay vamos a tener que priorizar ese mercado”, subrayó.