El arándano se abre paso en el norte de España

A pesar de su pequeño tamaño, la llaman la superfruta del siglo XXI. No es para menos, teniendo en cuenta que, además de sus propiedades nutritivas y rico sabor, el arándano es una excelente fuente de antioxidantes y un potente aliado contra las infecciones urinarias, y que su consumo aumenta el colesterol bueno y combate la pérdida de memoria.

Pero no solo en estas, sino en sus formidables cualidades como nicho de negocio, se fijaron hace ocho años un grupo de emprendedores de diversas localidades de Cantabria. Convencidos de unas y otras bondades, aunaron fuerzas, inversión y fincas heredadas en desuso para poner en marcha Campoberry, una empresa convertida hoy en modelo en la producción de arándanos ecológicos en España y referente en diseño y asesoramiento para el impulso de nuevas plantaciones de este y otros pequeños frutos silvestres.

«Nos dedicábamos a otros negocios, pero un amigo perito agrónomo nos contó la aventura de los arándanos. Bajamos a Huelva –provincia líder en la producción de este fruto a nivel nacional–, nos informamos, conocimos de primera mano el cultivo y sus posibilidades, y ahí arrancó todo», relata Eduardo López, quien se implicó de lleno en la iniciativa junto a Juan Rueda, Pedro Ortiz y Montserrat Rodríguez y se muestra ahora, con la perspectiva que dan ocho años de andadura, «encantado» de haber apostado por el arándano hasta el punto de convertirlo en el gran protagonista de su segunda juventud profesional.

Proyectos ‘llave en mano’

Con Güemes (Cantabria) como centro neurálgico, Campoberry dio sus primeros pasos con una plantación de diez hectáreas. Además de echar a andar esta, Eduardo y sus socios buscaban entonces lanzar un pionero servicio de diseño y asesoramiento para la materialización de nuevos plantíos de fresa, frambuesa, mora y arándano, ofreciendo a sus clientes la posibilidad de obtener su finca bajo el título de lo que llamaron llave en mano, o lo que es lo mismo, perfectamente lista y acondicionada para la producción.

La iniciativa –desarrollada por la filial Hobby Creativo– no solo ha funcionado bien, sino que ha supuesto toda una revolución para un cultivo apenas desarrollado en 2008 en el norte peninsular y que ha despegado con especial fuerza en los últimos años, además de en Cantabria, en Asturias y últimamente en Galicia y País Vasco. Y para muestra, las cifras que maneja Campoberry, que si el ejercicio pasado incorporó 16 hectáreas nuevas de plantaciones de arándanos en el marco cantábrico, este año calcula desarrollar para diversos propietarios de fincas otras 26 hectáreas.

No obstante, la innovadora propuesta de esta sociedad cántabra no se ha quedado en la promoción de nuevas plantaciones y el asesoramiento, ya que, en esa plena confianza de los socios impulsores en el arándano como negocio agropecuario alternativo, ha dado después un paso más guiando a los propietarios hacia tres caminos con distintos niveles de vinculación respecto a la propia empresa. Así, estos pueden optar por desligarse plenamente y gestionar y vender directamente su fruta; por ceder ambas funciones a la propia Campoberry, o por hacerse cargo de forma directa del cultivo de la finca e incorporar luego la producción obtenida a una agrupación comercial conjunta para tomar salida a través de Campoberry, que, de este modo, puede ofrecerles no solo menores costes en la adquisición de materias primas necesarias para la producción, sino más beneficio al colocar el producto en el mercado a precios altamente competitivos.

Gestiona 45 hectáreas

En este punto, asegura Eduardo López que «en torno al 45-50%» de la gente a la que siembran plantaciones se queda de uno u otro modo con ellos, de tal forma que la sociedad gestiona hoy directamente 45 hectáreas productoras.

Esta superficie forma parte de las aproximadamente 250 hectáreas que ya se dedican en el norte peninsular al cultivo del arándano y que se suman a las alrededor de 2.000 que tiñen de rojo y morado campos onubenses. Dos zonas que se complementan –no en vano, las variedades y el clima permiten recolectar en el sur entre los meses de diciembre y junio ,y en el norte de junio a noviembre– y que han convertido a España en uno de los principales productores a nivel europeo de un fruto que en otros países del continente europeo apenas se recolecta durante un mes y que aquí, gracias a unas óptimas condiciones climatológicas y del terreno, pide paso a gritos.

Fuente: Eleconomista.es

 

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