El fruto oculto de Juan Grande en Gran Canaria

Dos socios empresariales cultivan en San Bartolomé de Tirajana 28 hectáreas de arándanos, una plantación única en la isla y desconocida para muchos canarios. Papas, pepinos, tomates, plátanos, berros, calabacines, zanahorias, café o almendras. La huerta de Gran Canaria tiene numerosas producciones que varían en función del municipio y las condiciones climáticas. Y a todo eso se suma el arándano, un fruto que suele darse en el norte de Europa, pero que desde ocho años se cultiva también en los campos de la isla, para sorpresa de buena parte de los canarios.

Esmeralda Araña tiene 26 años y es la encargada de organizar los equipos de trabajo; Ariadna Curbelo tiene 27 años y es supervisora de equipos y Tibisay Santana 22 años y es responsable del control de plagas y recolectora.

Las tres son jóvenes, con responsabilidades en sus empleos, conforman la nueva generación de trabajadoras de la agricultura y tienen algo en común: desde sus diferentes puestos se dedican al cultivo del arándano, un fruto cuya plantación en Juan Grande, en san Bartolomé de Tirajana, es tan única en la isla como gran desconocida para buena parte de los isleños, a pesar de extenderse sobre una superficie de 28 hectáreas, esto es, 28 campos de fútbol.

Las tres jóvenes llevan entre los dos y los seis años en su empresa, una compañía a la que llegaron sin conocimientos sobre el sector agrícola, pero donde han recibido toda la formación necesaria para progresar. Se embarcaron en una empresa que se dedica al cultivo de una fruta que no se planta en ninguna otra zona de Canarias, salvo en Tenerife, donde se están realizando los primeros experimentos. Fue en 2016 cuando la compañía S&A Canblues S.L., conformada por el grupo británico S&A y el canario Bonny, se lanzó a introducir en la isla el cultivo del arándano común para «explorar nuevas producciones», explica David Ortega, responsable de Calidad de la sociedad, e ir más allá del tomate y del pepino que tradicionalmente se han dado en las extensiones de invernaderos del sureste y sur de Gran Canaria.

«Queríamos explorar nuevas ventanas de cosechas», sostiene, en relación a que este fruto se cultiva en el norte del continente europeo entre los meses de mayo y octubre, en épocas de temperaturas más altas, mientras que en la isla se cosecha precisamente en la época contraria, entre octubre y mayo. La compañía arrancó el proyecto con unas pocas plantas y ya tiene 28 hectáreas con 115.000 macetas distribuidas en once invernaderos. Y proyecta seguir creciendo.

Producción

En octubre comienza la floración de las plantas y en diciembre es cuando empieza a dar sus primeros frutos, unos 2,5 kilos por ejemplar, que puede recolectarse hasta diez veces en los cinco meses que dura la zafra del arándano. Desde que empezó a plantarse este fruto la producción no ha dejado de crecer: en 2023 alcanzó las 220 toneladas y para este año Ortega calcula que se rozarán las 250 toneladas de arándanos de la variedad evergreen. De esa cantidad, el 10% de queda en las islas para su distribución en los supermercados y el 90% se envía al Reino Unido, desde donde se distribuye a países como Alemania, Holanda o Francia.

Sobre las condiciones de la plantación, mientras habitualmente en Europa se cultiva al aire libre, en Juan Grande se hace bajo invernadero para proteger a los arbustos del viento, se mantiene a una temperatura media de 25 grados, ni más ni menos para que la planta no se estrese, y se lo suministra gran cantidad de agua.

Cualidades

Para garantizar la calidad del arándano, explica David Ortega, es necesario que alcance el tamaño de una moneda de un euro, que luzca un color azul-morado, que su textura sea levemente crujiente al darle el primer mordisco y que tenga un sabor más dulce y menos ácido. Este fruto tiene propiedades antioxidantes y es una importante fuente de vitaminas. En el supermercado está a unos 25 euros el kilo. Y pese a todo, muchos desconocen su origen en Gran Canaria. «La producción de arándanos en la isla es una gran desconocida», señala Ortega, «me pasa a diario cuando hablo con la gente, todo el mundo lo asocia al norte de Europa».

Con todo, el responsable de Calidad hace un alegato al consumo de los productos canarios, pues aunque la situación de la agricultura en Europa no les ha afectado, sí reconoce que la situación es «complicada, por el aumento de costes». «Debemos conservar la agricultura de Gran Canaria para no depender en gran parte del exterior», señala.

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