La campaña del arándano contará este año con un 2% más de superficie en la provincia de Huelva, creciendo hasta representar un 30,5% de las 11.802 hectáreas de frutos rojos que se han plantado para la campaña 2022/2023.

“En Perlahuelva comenzamos ayer mismo la recolección de nuestros arándanos”, indica Ramón Hernández. “Cultivamos las variedades Matías, Windsor y Star, con las que intentamos abarcar los 6 meses de campaña, aunque también tenemos algo de Legacy que cultivamos sin plástico y al aire libre, y que se cosecha en verano”. De hecho, esta variedad, así como las más tardías, podrían llegar a ser muy interesantes para la campaña onubense, comparte el director general de Perlahuelva.

“El sector en general está buscando nuevas ventanas fuera de los meses de mayor producción típicos de la provincia, que son abril y mayo, en los que el mercado no es capaz de absorber todo el volumen que se cosecha a la vez. Legacy, por ejemplo, tiene su ventana de recolección en junio y julio, unos meses que históricamente se han rellenado con fruta de Portugal, del Norte de España y con las producciones de Europa”.

“En esa fecha hay competencia de más orígenes, incluida Polonia, que es muy fuerte en la producción de arándano, pero no tiene nada que ver con los meses de febrero, marzo y abril a pesar de que solamente tengamos la competencia de Marruecos”, explica.

“Hace tiempo los meses de diciembre y enero eran meses de precios muy correctos para el arándano, que llegaba a costar hasta 9 euros el kilo, pero hoy en día esos picos de precio están desapareciendo. Vemos que los precios del arándano se han estabilizado y, desde que en octubre empieza a llegar al mercado europeo la fruta de ultramar, ya no repuntan en ningún momento como sí lo hacían años atrás, y si lo hacen es solo con diferenciales muy pequeños; excepto en abril y mayo, cuando se hunden totalmente. En esos meses, incluso el diferencial de precios ha bajado un escalón de 2-3 euros: mientras hace cuatro años 5,5 euros por kilo era un valor bajo, ahora hablamos de 3,5 euros”.

Y es que en Marruecos, el gran competidor para el arándano de España en esos meses, el crecimiento del cultivo está siendo exponencial. “Creo que Marruecos va a tomar el protagonismo en el mercado europeo del arándano, los grandes actores de la industria están yéndose allí y en el país se están estableciendo superficies inmensas de arándanos, al contrario que aquí en Huelva, donde lo cultivan principalmente pequeños y medianos agricultores”, recuerda Ramón. “El arándano está pasando a ser un negocio de volumen y, si sigue así, al final se convertirá en un commodity”.

“Necesitamos que nuestros dirigentes se conciencien de que somos un sector estratégico”
El conjunto de la industria hortofrutícola andaluza trabaja continuamente por una mejora de la competitividad de una actividad de gran transcendencia social y económica en la comunidad autónoma. Hay que recordar que el sector hortofrutícola eleva a Andalucía a la cabeza de las exportaciones de este segmento a nivel nacional; según las últimas estadísticas de Extenda, representó más del 40% de las ventas de frutas y hortalizas de toda España entre enero y octubre de 2022, y Huelva, encabezada por el sector de los frutos rojos, fue la segunda mayor provincia exportadora. Sin embargo, el cada vez mayor impacto de las importaciones, como ocurre en el caso del arándano, hace que el sector mire con cierta preocupación al futuro.

“Necesitamos que nuestros dirigentes se conciencien de que somos un sector estratégico y que no puede ocurrir con la agricultura lo mismo que ocurrió en el pasado con sectores como el textil, que se dejó que se fuera de España a otros países empobreciendo nuestra capacidad productiva. Y no solo ese, en el COVID pudimos darnos cuenta de que no teníamos la capacidad ni de producir ni mascarillas”.

“Debería haber una mayor apuesta por hacer políticas hidráulicas y por llevar a cabo mayores inversiones en tecnología para la agricultura, tan necesarias y estratégicas como el propio sector. Hay una cosa básica que haremos toda la vida, y es alimentarnos; y todos los alimentos provienen de la agricultura”, remarca Ramón.