Experimentando con la irradiación UV-B y UV-C en el arándano americano
La producción y el consumo de arándanos siguen aumentando en todo el mundo, a pesar de las condiciones meteorológicas desfavorables en algunos países y del aumento de los costes de producción registrado en todo el mundo. Existe una fuerte demanda, en particular, del arándano americano.
Dada la gran demanda de esta fruta, existe una clara necesidad, desde el punto de vista económico, de optimizar su cosecha y almacenamiento. De hecho, el arándano presenta algunas dificultades en la gestión de la cadena de suministro, que con demasiada frecuencia se traduce en una mala calidad. Entre ellas se encuentra la dificultad de cosechar en el grado de madurez adecuado, que debe tener lugar cuando la berry está completamente girada, mientras que la zona de inserción del pedúnculo puede tener todavía un color rosado.
«La tendencia a cosechar la fruta antes de tiempo provoca lotes de productos con una coloración no uniforme, con un posible deterioro durante el periodo de almacenamiento, debido a la disminución de los componentes bioactivos, como las antocianinas y los polifenoles», explica la profesora Giovanna Giacalone, del Departamento de Ciencias Agrícolas, Forestales y Alimentarias (Disafa) de la Universidad de Turín. «La presencia de mohos y levaduras, presentes de forma natural en la superficie de la fruta, es entonces una causa más de deterioro de los arándanos durante su almacenamiento.
En vista de lo anterior, y con el fin de resolver los problemas señalados, Disafa, en colaboración con Pro.Lux y Move2Web, empresas piamontesas especializadas en el campo de las lámparas UV-C led, está estudiando un nuevo tratamiento poscosecha. En concreto, los investigadores están evaluando la posibilidad de utilizar la radiación UV-B y UV-C para irradiar los arándanos antes de su almacenamiento en frío y estimular la producción de componentes polifenólicos.
Como resultado de una colaboración con Disafa, se acordó que Pro.Lux y Move2Web estarían dispuestos a construir un prototipo de caja de pruebas “UV Test Box” (en la imagen de la derecha, facilitada por Giovanna Giacalone) destinada a probar los efectos de la radiación UV-B y UV-C en los arándanos americanos.
«El objetivo que se persigue es llevar al mercado un producto visualmente uniforme con cualidades organolépticas superiores, lo que se consigue mediante la mejora de las características nutracéuticas de la fruta. Al mismo tiempo, el tratamiento UV reducirá la carga microbiana, promoviendo una mejor vida útil», explica Giacalone. «Gracias a la UV Test Box proporcionada por Pro.Lux, se ha iniciado la experimentación para perfilar un método operativo aplicable a las pequeñas líneas de envasado de fruta.
Como explica la profesora Giacalone a FreshPlaza, «la caja es experimental y el objetivo no es tratar una gran cantidad de producto a la vez, sino verificar si el tratamiento funciona y, en caso afirmativo, transferir la metodología a las líneas de procesamiento de arándanos. En cada prueba tratamos unos 500 g de producto, que se colocan directamente en la rejilla con la que está equipada la caja».
«La irradiación es solo desde arriba, por lo que los arándanos tienen que estar dispuestos en una sola capa, que es lo que ocurre también en las líneas de procesamiento. En este momento, el ensayo está probando diferentes potencias de irradiación y duraciones de tratamiento. También se está evaluando qué parte del producto procesado debe acondicionarse posteriormente a temperatura ambiente, para que se estimulen los procesos de síntesis de polifenoles».
«Se han obtenido resultados prometedores, en términos de aumento del contenido de polifenoles y antocianinas totales, con tratamientos de entre 10 y 25 minutos y con tiempos de adaptación de unas 24 horas, pero también estamos evaluando tiempos más cortos. Utilizamos una potencia de irradiación de unos 1800 µW/cm² y dosis de entre 600 y 3200 mJ/cm² en función de la duración del tratamiento», concluye Giacalone.