Investigadores INIA resaltaron en Chillán uso de nemátodos entomopatógenos en control de plagas en frutales

De gran interés resultó seminario de término de proyecto elaborado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA, a través del Centro Regional INIA Quilamapu, que generó distintos formulados para aplicar de manera óptima y eficiente los nemátodos en huertos de frutales menores bajo el ataque de plagas nativas.

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Los nemátodos entomopatógenos son unos gusanos microscópicos utilizados en el control de plagas en frutales menores.

 

 

No cabe duda que el uso de alternativas al control químico de plagas agrícolas, más que una tendencia, marcan un camino irreversible en el futuro de la agricultura productiva, especialmente en huertos de frutales.

En este sentido los 80 productores y profesionales del agro asistentes al seminario “Fermentación y formulaciones de nemátodos entomopatógenos nativos para el control biológico de plagas de importancia agrícola”, pudieron apreciar el importante trabajo que hace más de dos décadas viene realizando el INIA Quilamapu en estas materias de Control Biológico de plagas.

Andrés France, investigador y fitopatólogo de INIA Quilamapu indicó que el gran objetivo del trabajo realizado en los últimos dos años fue producir nemátodos de una manera más barata que la que se utiliza actualmente, que se caracteriza por ser muy lenta y limitada en la generación de volúmenes.

Andrés France, investigador de INIA Quilamapu a cargo de proyecto Fondef de Nemátodos Entomopatógenos.

 

France explicó que la generación actual de estos organismos microscópicos, está asociado a metodologías de investigación más que productivas, ya que se realiza a través de la crianza de un insecto que a su vez sirve de cultivo para los nemátodos. Agregó que este proceso requiere de mano de obra calificada que supervisa la crianza tanto del insecto como la de los nemátodos, y un periodo de trabajo que se extiende por más de un mes y medio.

Formulados de nemátodos entomopatógenos

 

 

Formulación de Nemátodos
entomopatógenos como gel.

 

 

El proyecto arrojó como resultado el desarrollo de alternativas más económicas y que pasó por el desarrollo de fermentadores. El investigador de INIA Quilamapu aclaró que un fermentador es un recipiente con un medio líquido donde se multiplican organismos. “Durante los dos años que duró el proyecto buscamos una receta y un sistema de producción que resultara óptimo para la generación de nemátodos entomopatógenos”.

France sostuvo que “logramos producir un rango de 80 mil a 90 mil nemátodos por cada mililitro, lo que equivale a una gota de este medio líquido o solución y a lo que generamos en cada insecto en el sistema tradicional”. Añadió que esta efectividad productiva es considerable, ya que “sólo de manera experimental se trabajó en un fermentador de 5 litros, pudiendo utilizarse fermentadores de 100, 500 o mil litros y con tiempos de producción menores a una semana, por lo que ahora pueden llegar a producirse  cantidades de nemátodos muy considerables”.

Uso de nemátodos entomopatógenos nativos

 

Larva atacada por nemátodos
entomopatógenos.

 

 

Andrés France, quien fue el director del proyecto Fondef que concluye, indicó que los nemátodos con los que se ha venido trabajando corresponden a dos especies nativas: Steinernema australe originaria de la Isla Magdalena en el Estrecho de Magallanes, y Steinernema unicornium descubierta en Tierra del Fuego, ambos fruto de un proyecto de investigación realizado hace algunos años en conjunto con el organismo inglés de investigación, CABI. El investigador de INIA aclaró que la producción de cada especie de nemátodo tiene su propia “receta” por lo que no resulta factible realizar una producción simultánea de ambas especies.

Uno de los grandes desafíos de los investigadores fue el de guardar los nemátodos en el tiempo, garantizando viabilidad y vigor de estos microorganismos. Para ello se trabajó en la generación de distintos tipos de formulados lográndose la obtención de grageas, geles, pellets, sólidos y líquidos de nemátodos entomopatógenos. “La idea es que puedan mantenerse vivos dentro de estos formulados el tiempo prudente hasta su uso. Un tiempo máximo de entre tres y seis meses aparece razonable”.

Lo que se viene: formulados comerciales

El científico de INIA Quilamapu, indicó que con la finalización de esta primera parte del proyecto Fondef se obtuvo el “prototipo” deseado, lo que abre pie al desarrollo del prototipo o formulado a la parte comercial, para lo cual se postularía a una extensión o segunda etapa del proyecto. En ese tramo se requiere contar con una empresa que se haga cargo del componente industrial o escalamiento productivo de los nemátodos, lo que no resulta ser fácil ya que no existen empresas en Chile con experiencia en producción de este tipo de controlador biológico.

 

Formulado de nemátodos entomopatógeno bajo la forma de sólidos.

 

Andrés France indicó que existen formulados comerciales de nemátodos que vienen desde Europa y que son eficientes, pero sólo en el control de las plagas reconocidas en el viejo continente, “pero no logran buenos resultados con las plagas nativas. Lo importante es que las plagas más importantes que tenemos en Chile son precisamente nativas. Es el caso del burrito de la vid y el cabrito de los frutales, ello sin contar a muchas especies de gusanos blancos que también son nativos y generan daños considerables. Así es posible constatar la agresividad de especies nativas que atacan huertos de avellano europeo, manzanas, vides, arándanos y que resultan seriamente afectados por estas plagas a nivel de las raíces y coronas, siendo de difícil detección”.

Microorganismos buscadores de insectos

Cabe señalar que los nemátodos entomopatógenos son gusanos microscópicos que tienen la movilidad necesaria para buscar a los insectos que les servirán de medio para su alimentación y reproducción, causándoles la muerte.

Los nemátodos entomopatógenos tienen la habilidad de buscar y/o detectar insectos plagas en el perfil del suelo, en galerías y dentro de raíces y tallos de plantas infectadas. Su presencia es inofensiva para el medio ambiente, no son tóxicos para el ser humano, son específicos para cada plaga, y compatibles con un alto número de agentes químicos utilizados en la agricultura.

Junto a Andrés France estuvieron presentes en el seminario de término del proyecto Fondef los investigadores Ernesto Cisternas, de INIA La Cruz; Irina Urtubia y Lorena Barra, de INIA Quilamapu; y Adriana Sáenz Aponte, de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia.

Acerca de INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país. Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario.

Fuente: INIA

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