Jerome Crosby, presidente del comité ejecutivo de ABGA “No buscamos una prohibición, sino un alivio temporal para los productores de arándanos de EE. UU.”

A principios de octubre de 2020, el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, solicitó que la Comisión de Comercio Internacional llevara a cabo una investigación de salvaguardia global 201 para averiguar si el aumento de las importaciones de arándanos había perjudicado a los productores nacionales. La decisión se tomará este jueves, 11 de febrero. Desde el inicio de la investigación, los productores se han unido en la American Blueberry Growers Alliance (ABGA), cuyo fin es representar los intereses de los productores de arándanos establecidos en Estados Unidos.

Jerome Crosby, presidente del comité ejecutivo de la ABGA, explica: «Antes de la creación de la ABGA el pasado año, no existía ninguna organización que representara únicamente a los productores de arándanos establecidos en Estados Unidos. Estamos orgullosos de llenar ese vacío y estamos empezando a ampliar nuestra base de miembros. Queremos asegurarnos de que el sector del arándano de Estados Unidos se mantenga sano y robusto para que las familias estadounidenses puedan seguir eligiendo los arándanos de producción nacional. Por ese motivo, continuaremos sirviendo como voz unificada para promover a los agricultores de arándanos estadounidenses, incluso una vez concluida la investigación de la Comisión de Comercio Internacional».

Temporadas y precios

La cosecha de arándanos en Estados Unidos puede comenzar ya en febrero en California y Florida, desplazándose al norte y al oeste y concluyendo en octubre en Míchigan, Oregón y Washington. «Los arándanos importados solían dejar de entrar a Estados Unidos cuando nosotros empezábamos a cosechar, pero ya no es así», comparte Crosby. «Ahora, las importaciones entran en nuestro mercado en todas nuestras temporadas de cosecha y se venden por debajo de nuestro nivel de precio. Los precios actuales de los arándanos son más bajos de lo que han sido en año, lo cual se atribuye al incremento de las importaciones», añade.

Debido a que en Estados Unidos el coste de la mano de obra y de la producción es más alto, los productores no pueden competir con los precios de los arándanos importados, explica Crosby. «Esto ocurre con todas las importaciones, tanto las de empresas extranjeras como las de empresas estadounidenses que producen fuera del país», apunta.

Aparte del nivel de precio, también supone un reto el momento de llegada de las importaciones. «Las importaciones durante nuestra temporada intermedia tienen una enorme influencia en toda la rentabilidad estacional. Las ventas durante estas temporadas pueden representar una cuota significativa de los ingresos y prácticamente de los beneficios de los agricultores. Los precios de la temporada intermedia fijan el punto de partida de la curva de precios de la temporada, por lo que si los precios de la temporada intermedia son bajos –por la presencia en el mercado de una oferta importada considerable– solo harán que bajar conforme avance la temporada», explica Crosby.

Crecen los volúmenes de importación

Además del precio de los arándanos importados, Crosby comenta que los volúmenes en los que se importan también forman parte del reto. «Las importaciones de arándanos en Estados Unidos se han acrecentado enormemente en los últimos años, casi un 62%. En 2015, se importaron 192 millones de kilos, que ascendieron a más de 310 millones de kilos en 2019. Entre 2015 y 2019, las importaciones de arándanos de Perú crecieron un 816% y las de México, un 116%», detalla. Mientras recopilaba pruebas para la investigación, la National Farmers Union, unión nacional de agricultores, indicó en una carta que los rendimientos operativos de los productores habían retrocedido un 32,4% durante ese periodo.

Medida deseada: alivio temporal para los productores nacionales

Si el 11 de febrero se emite una determinación afirmativa de daño, el presidente de Estados Unidos determinará qué remedios hay que aplicar. «No pedimos que se prohíba la importación de arándanos», aclara Crosby. «Necesitamos un alivio temporal durante nuestra temporada de cosecha crítica y protección durante nuestros periodos de producción. Esto les dará a los productores estadounidenses de arándanos el tiempo para invertir en nuevas variedades que se adapten mejor a la cosecha mecanizada, a los propios cosechadores y a la protección de los campos. También nos dará tiempo para desarrollar alternativas a la estructura del sector y otras iniciativas para que el sector nacional sea más competitivo», explica.

Mientras el presidente decide qué remedios aplicar, Crosby opina que se trata de un tema bipartidista. «El presidente Biden a menudo habla de la importancia de asegurar las cadenas de suministro nacionales y comprar producto estadounidense, incluida su reciente firma de un decreto que ordena al Gobierno federal la compra a productores estadounidenses. Estamos deseando trabajar con la Administración Biden con la esperanza de llevar esta idea al conjunto de la economía», dice Crosby.

El sector del arándano es importante para el sustento de muchos estadounidenses, según Crosby. «Los arándanos generan millones de dólares de beneficios económicos a las comunidades rurales, desde trabajadores a tiempo completo y parcial hasta beneficios indirectos como la compra de insumos agrícolas, procesamiento y servicios de distribución. Si los productores de arándanos de Estados Unidos se ven obligados a dejar sus negocios, comunidades enteras sufrirán. Medidas como limitar los volúmenes importados, aranceles o precios mínimos nos dotarán de los medios para competir en igualdad de condiciones una vez se retiren las protecciones, y son fundamentales para la viabilidad a largo plazo de nuestro sector», concluye.

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