Jorge Retamales sobre Perú: “El productor tiene que asumir costos que en otras partes los asume el país”

El reconocido investigador de arándanos entrega su opinión sobre la industria en Perú y los efectos de su boom en el mercado chileno.

Cuando Jorge Retamales está presente en uno de los seminarios de Blueberries Consulting, llama la atención de los asistentes: se sacan fotos, se firman libros y los relatores disfrutan compartir con el hombre que es el autor de los textos base para el estudio de arándanos en las principales universidades del mundo.

Su trayectoria es internacionalmente reconocida. Retamales estudió Agronomía en la Universidad de Chile, especializándose en Fruticultura. Su postgrado y doctorado lo realizó en la Universidad Estatal de Michigan, resaltando su investigación de doctorado al estudiar la eficiencia de fertilización nitrogenada en arándanos de arbusto alto. Ahora es un destacado consultor internacional del fruto azul.

La audiencia e incluso parte del staff de nuestros auspiciadores, se congregaron para escuchar la charla sobre el uso de Calcio en arándanos en el XIX Seminario Internacional de Blueberries Lima 2022. Durante su participación en el evento, visitó junto a un grupo de expositores las fincas de Family Farms Perú y San Gallán en Ica.

“Son impresionantes” expresa sobre las pruebas de nuevas variedades en las dunas de las fincas. “En Chile uno está acostumbrado a que un campo plante 20 hectáreas, que ya es bastante. Aquí se plantan 100 hectáreas por año, con mucha tecnología”, afirma Retamales, alabando que a pesar de su extensión “se notaba un cuidado casi a cada planta”.

El BOOM peruano

En casi una década, Perú se convirtió en el mayor exportador de arándanos del mundo. Durante la temporada 2021/22 alcanzaron las 218 mil toneladas, un 31% más que en el periodo anterior. Aunque su tasa de crecimiento está disminuyendo, sigue impresionando el avance en un cultivo por años desconocido para los productores peruanos.

No es solo la avidez por conocimientos que destaca el Dr. Retamales, sino las favorables condiciones socioambientales: cuentan con suficiente mano de obra, infraestructura hídrica eficaz, beneficios tributarios, baja presión de enfermedades y un clima saludable para sus plantas que, sumado a las variedades elegidas por la industria, explican las sorprendentes cifras de producción y la alta calidad de la fruta exportada.

“Lo que echo de menos es que no tienen una política de investigación a nivel nacional. Son esfuerzos aislados de cada productor, que, en el futuro, si tienen algún problema macro, tiene un riesgo muy alto”, expresa Retamales.

El Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) son las instituciones encargadas de evitar la propagación de enfermedades y plagas, además de investigar. Sin embargo, en este último campo, la cooperación estatal o entre los mismos privados, aún no se instala en la cultura innovadora de la industria peruana.

Al respecto, Retamales afirma: “Por el momento hay una investigación hecha en terreno, sin una metodología científica. Son experiencias de cada productor y hay poca comunicación entre ellos. Entonces, lo que pueda descubrir uno, aunque el otro sea vecino, no necesariamente es aplicable para su situación”.

El investigador es también crítico a la inversión del gobierno para incentivar y proteger la producción: “El productor hace todo un esfuerzo con mucha tecnología y, en la última patita del proceso, que es el transporte hacia el packing, hay unos caminos horribles en el cual todo lo implementado puede ponerse en riesgo por media hora de tránsito”.

Con el movimiento, el Bloom, la cera protectora del fruto, se desliza, dejándola expuesta a un mayor riesgo de deshidratación, perdida de firmeza y calidad.

“Son aspectos que en otros países son un compromiso del Estado para hacer viable la producción. Pero en este caso, el productor tiene que asumir costos que en otras partes los asume el país, condado o el Estado como un todo”, critica Retamales.

Los movimientos chilenos

La temporada peruana se prolonga desde junio hasta mayo. Chile aprovecha un espacio entre diciembre y marzo en donde la producción peruana cae por debajo de la producción chilena. Una suerte que otros países sudamericanos, como Argentina, no corrieron.

“En Chile yo creo que, si mantiene su producción, muchos de los productores con cierto nivel de rendimiento y manejo de costos, son en gran parte viables. No lo son aquellos que están forzando una variedad a producir fuera de su zona de confort, lo cual requiere mayor gasto e inversión”, opina Jorge Retamales.

Variables como la escasez hídrica, la falta de mano de obra, un lento recambio varietal, y tras la pandemia, problemas logísticos de transporte, han obligado a Chile a buscar nuevas formas de competir. Para el profesor Retamales, existe una oportunidad comercial y competitiva con los arándanos orgánicos.

“Está creciendo el mercado y tienen buenos precios, pero no se da para todo Chile porque a raíz de la entrada de enfermedades o plagas en los últimos años, se ha requerido el uso de pesticida. Como son tan nuevas, no existe todavía un conocimiento sobre cómo manejarlas de forma orgánica”, afirma el investigador, pero añade: “A pesar de que normalmente se obtiene un rendimiento un poco más bajo, eso se contrapesa con el mayor valor por kilo de fruta orgánica exportada”.

Chile mantiene tratados de equivalencia con la Unión Europea y Suiza, además de uno de entendimiento con Brasil. Actualmente está en proceso un acuerdo con Estados Unidos y se mantienen conversaciones con Japón y Australia; acuerdos que le entregan una ventaja competitiva al país austral.

“Eso requiere bastante responsabilidad, porque si el mercado orgánico se empieza a manejar mal, digamos, se aplican productos que no son permitidos, se van a cerrar mercados”, destaca Retamales.

Los resultados de la temporada chilena 2021/2022 han sido uno de los peores de su historia, resaltando causales como el largo periodo de transporte marítimo y la escasez de mano de obra. Esta última “sube mucho los costos de producción, porque la cosecha es casi un 50% de ellos. Mientras haya más escasez, suben los precios de contratar mano de obra, y eso baja la rentabilidad que en algunos casos puede llegar a un nivel que no hace viable la producción de ciertas variedades o en ciertas zonas”, describe el investigador.

Hace 12 años, Jorge Retamales, en su rol de profesor en la Universidad de Talca, se involucró en un proyecto que estudió la cosecha mecánica de arándanos. Haciendo vibrar los arbustos, los frutos caían sobre una lona, lo que producía un leve efecto negativo en postcosecha, además de disminuir el tiempo de cosecha en hasta tres veces.

Otra ventaja era la posibilidad de trabajar de noche. “Mientras más baja sea la temperatura de cosecha, más rápido se baja la temperatura al llegar al packing, y más extensa es la vida postcosecha de esa fruta”, comenta Retamales.

Un cultivo equilibrado

La competitividad en el mercado introduce innovaciones y cambios de acuerdo a la demanda de los consumidores. Nuevas técnicas de cultivos, nuevas cualidades de calidad que son demandadas por los productores a los desarrolladores genéticos de variedades, crean un constante ciclo de renovación.

Como profesor e investigador con años de experiencia, Retamales advierte: “El producir fruta es muy complejo. Siempre hay aspectos de manejo que se pueden hacer, pero si uno estira por un lado, encoje por otro. La planta va a tener que hacer un esfuerzo, una alteración metabólica, para incorporar ese cambio que nosotros queremos. Entonces en el manejo hay que tratar de equilibrar”.

Para el experimentado consultor, ese es el rol clave del productor: “deben establecer el balance, hasta cuando yo intervengo para poder hacer esta variedad mejor, más productiva, hacerla más sabrosa, darle mejor vida postcosecha. Ir moviéndose abajo en la lista de prioridades y decir bueno, yo preferiría estos aspectos, pero si tengo estos cinco, yo ya me siento conforme”.

Jorge Retamales será parte de los próximos XXII Seminario Internacional de Blueberries México 2022 y XXI Seminario Internacional de Marruecos 2022, en donde desde distintas temáticas pensadas para las necesidades de cada país productivo, dará catedra sobre el cultivo al que ha dedicado la mayor parte de su vida profesional.

Fuente
Catalina Pérez Ruiz - Blueberries Consulting

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