Las herramientas genómicas ayudarán a mejorar la resistencia a los ácaros de las abejas melíferas y evitar su colapso

El colapso de las colonias de abejas de la miel es un problema importante para Canadá y para todo el mundo. Importantes cultivos, como la colza, los arándanos, los arándanos rojos, las almendras, las peras y las manzanas, entre otros, dependen de este laborioso insecto para su polinización. Desgraciadamente, el ácaro Varroa destructor se alimenta de las abejas en su fase adulta y juvenil, debilitándolas y transmitiendo infecciones víricas mortales que provocan el colapso de las colonias.

Los costos de sustitución de las colonias, la menor de nuestras preocupaciones, ascienden a unos 400 millones de dólares al año en Canadá y Estados Unidos juntos. El costo más preocupante, la pérdida de la polinización y del negocio de la cosecha de miel, y la consiguiente disminución de las cosechas de fruta, asciende a pérdidas de miles de millones anuales. Los apicultores tratan las colonias contra los ácaros de la varroa cada año, cuando los niveles de ácaros aumentan en primavera y otoño, pero cada vez es más difícil controlar los brotes.

Sólo hay cinco opciones de tratamiento ampliamente utilizadas. Uno de ellos está mostrando signos de resistencia, y dos tratamientos son corrosivos y difíciles de aplicar. Para prevenir la aparición de resistencias en los ácaros y mantener un buen control de los mismos, es necesario contar con esquemas eficaces de gestión integrada de plagas (GIP), que requieren el uso de varias opciones de tratamiento en rotación. Un proyecto financiado por Genome BC, Identificación de los sitios objetivo de un nuevo acaricida contra el parásito de las abejas melíferas, Varroa destructor, ofrece una herramienta novedosa y urgentemente necesaria en la GIP.

“Se ha descubierto un nuevo acaricida contra la Varroa que no daña visiblemente a las abejas y no tiene efectos adversos en los vertebrados”, afirma la Dra. Erika Plettner, codirectora del proyecto y profesora de química de la Universidad Simon Fraser. “Nuestro proyecto pretende descubrir la eficacia de este nuevo compuesto, que necesitamos urgentemente que se apruebe y se ponga en práctica”. Plettner colabora con el Dr. Leonard Foster, codirector del proyecto y profesor de los laboratorios Michael Smith de la UBC, para aplicar herramientas de proteómica que permitan identificar la diana molecular y determinar cómo, cuándo y dónde puede aplicarse.

El impacto previsto de esta investigación cambiará las reglas del juego en la industria apícola y en otros ámbitos. La información sobre el sitio objetivo del nuevo compuesto en los ácaros es vital para el registro ante las autoridades sanitarias, la mayor barrera de entrada al mercado de este nuevo acaricida. Comprender el lugar de destino y el mecanismo de interacción ayudará al equipo y a los usuarios finales a seguir mejorando el producto, su formulación y el calendario de aplicación en los planes de control integrado de plagas.

“La seguridad alimentaria es una de las principales preocupaciones de los países de todo el mundo”, dijo Federica Di Palma, Directora Científica y Vicepresidenta de Sectores de Genome BC. “Aproximadamente un tercio de los cultivos dependen de la polinización de las abejas y abordar la resistencia a los ácaros es un gran paso adelante para salvaguardar las colonias”.

El proyecto se desarrollará hasta septiembre de 2023, de modo que los primeros aprendizajes puedan aplicarse en el siguiente ciclo de pruebas de campo. El proyecto se ha financiado a través del nuevo Fondo Piloto de Innovación (PIF) de Genome BC.

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