Los desafíos para avanzar en el control de la lobesia
El incremento de recursos para el programa de control de Lobesia botrana -conocida también como polilla de la vid- que pasó de $3.690 millones a unos $7 mil millones en 2014 y que subió a $9.209 millones este año, no ha sido suficiente para frenar la plaga. Pese a que sigue contenida, ya que el 96% de las capturas se concentra en las regiones de O’Higgins y Maule, el total de capturas en el país aumentó 87% en la temporada 2014/2015, llegando a 762.404 unidades, el nivel más alto que se ha registrado desde su llegada a Chile, en 2008.
Aun cuando cerca del 40% de esa alza se explicaría porque se instalaron más trampas, el crecimiento es innegable y ha obligado a las autoridades sanitarias a realizar ajustes técnicos al plan de control, el que conserva como objetivo central la erradicación de la polilla en algunas regiones y su contención en otras.
La nueva estrategia con que el SAG enfrentará a la Lobesia aumenta el uso de emisores de confusión sexual en los predios en diez mil hectáreas, para llegar a un total cercano a 40 mil hectáreas, con lo que se cubrirá casi el 80% de las zonas donde ha habido detecciones del insecto; incorpora una forma de trabajo en la que el servicio aporta la mitad de esas herramientas de control y los productores la otra parte; elimina siete plaguicidas hasta este año autorizados, debido a que análisis realizados por el INIA demostraron un bajo nivel de eficacia; y considera realizar avisos diferenciados por zonas para la aplicación de productos químicos y no una alerta única para todas las regiones como se daba hasta ahora.
Los representantes del sector privado que participan en las discusiones técnicas con el SAG y en la elaboración del programa aseguran que se está avanzando en la línea correcta, aunque critican que el presupuesto aún es insuficiente y creen que es necesario definir una estrategia de mediano plazo para planificar con más anticipación los controles, sin tener que «apagar incendios«.
Por otro lado, algunos productores y especialistas cuestionan que se mantenga la erradicación como una de las metas, ya que es algo que no se ha logrado en ningún país donde la Lobesia esté presente -solo en California, EE.UU., la han reducido a focos puntuales, pero no se ha confirmado su erradicación- y plantean como tema pendiente la mayor capacitación de técnicos y agrónomos sobre la polilla para realizar un control efectivo, ya que se trata de una plaga cuarentenaria para muchos de los mercados de destino de la fruta chilena. Sin embargo, la directora nacional del programa de Lobesia botrana del SAG, Grisel Monje, asegura que las cifras avalan mantener la erradicación como meta.
En tanto, el director nacional del SAG, Ángel Sartori, recalca que aunque esta plaga sigue siendo prioritaria para el Ministerio de Agricultura, también «sigue siendo un tema de responsabilidad pública y privada, para lo que seguimos trabajando de manera conjunta, lo que se demuestra en la iniciativa 1+1 para la instalación de confusores sexuales«.
Frente a la fuerte presión que tuvo en temporadas anteriores la plaga, el presidente de Asoex, Ronald Bown, proyecta que para este y el próximo año debiera disminuir, por el aumento de los recursos y menores limitaciones técnicas y operacionales. «Esperamos que el indicador de capturas mejore considerablemente, en especial en las regiones de O’Higgins y Maule«, estima.
Más cobertura y recursos
Para el próximo año se espera que los recursos destinados al control de la Lobesia aumenten a $10.609 millones, que tendrán que aprobarse cuando se discuta el Presupuesto 2016. El sector considera esto clave, ya que con el actual se cubre con emisores de confusión sexual -la técnica que ha resultado más efectiva hasta ahora- solo un número reducido de hectáreas.
El presidente del Comité de Uva de Mesa de Asoex, Fernando Sat, plantea que se debe aspirar a tener cubiertas con esa técnica las más de 180 mil hectáreas de vides que están en las regiones con presencia de la polilla, ya que es su hospedero principal.
«Eso conllevaría a presupuestos bastante más elevados que los actuales del SAG, por lo que es fundamental aumentarlos«, sostiene. Recalca que se debe poner especial atención en las vides viníferas, ya que concentran el mayor número de capturas, pues tienen menos tratamientos químicos que la uva de mesa.
Para esta temporada se aumentará en 80% la superficie que utilizará confusores sexuales, pasando de casi 25 mil hectáreas en 2014 a 45 mil.
«Una de las modalidades es que el SAG aporta el 50% de la superficie y el productor instala el otro 50%, según un ranking que va desde el productor con mayor número de capturas hasta el más limpio, priorizando a los que tuvieron más capturas. Continuando con la lista, los productores más limpios van a recibir el 100% de los confusores aportados por el SAG, y otros que ya lo utilizaron el año pasado, que son unas 12 mil hectáreas, también lo recibirán en 100% como una forma de potenciar la herramienta, porque se sabe que su efecto es acumulativo«, detalla Grisel Monje.
El coordinador para el sector frutícola del programa de Lobesia, Carlos Barriga, agrega que el uso de la confusión sexual debería incluir a las cerca de 35 mil hectáreas urbanas que pueden tener focos de la polilla. «Es muy importante ir delante de la plaga y no detrás de ella. Ya debiéramos estar pensando cómo financiar la temporada 2016/2017«, dice.
Mirada de largo plazo
Una de las limitantes que tienen técnicas como la confusión sexual es que existe solo un fabricante a nivel mundial. Por eso, es vital definir la estrategia a mediano plazo para que los proveedores locales puedan contar con stocks suficientes y los productores puedan programar las compras.
«La única forma de que los productores se puedan alinear con este tema es que sepan cuál es el listado de productos que se va a aplicar y cuántos son para planificar sus compras. Para eso hay que trabajar con una estrategia por lo menos a tres años y así hacer las licitaciones que corresponda, porque también hay que bajar los costos, ya que el sector de las uvas viníferas está totalmente deprimido«, plantea el representante de Vinos de Chile para el programa de Lobesia, Pedro Hiribarren, coincidiendo con los comentarios de otros productores.
Como parte de esa mirada de largo plazo, el profesor de entomología de la U. de Chile Roberto González cree que es fundamental incentivar la investigación local sobre la plaga. «No hay ningún insecto que ataque a la vid que tenga más publicaciones anuales que la Lobesia en Europa, y cuando se producen fenómenos de resistencia van lanzando productos nuevos… En Chile estamos recién en un proceso de conocer la plaga y los mismos ingenieros agrónomos la conocen poco, porque acá es propiedad del Estado«, critica.
Sin embargo, el escenario ha comenzado a cambiar sobre todo este año, ya que se han destinado $503 millones en distintos proyectos con fondos públicos para investigaciones relacionadas con la Lobesia. Una de las más llamativas es el desarrollo de la técnica del insecto estéril, que ha dado resultados positivos con otras polillas a nivel internacional, para la cual el SAG construyó un laboratorio en Arica.
Vigilancia en otros frutales
En el SAG aseguran que uno de los mayores riesgos que representa la Lobesia es su restricción cuarentenaria en varios mercados de destino de la fruta chilena, por lo que entre las prioridades del plan nacional también está evitar que se propague a otros frutales, como ocurrió con los arándanos a comienzos de 2014.
Por eso se seguirá monitoreando otras especies que se han clasificado como hospederos bibliográficos del insecto, como pomáceas, carozos, kiwis y granados, en los cuales se instalaron 3.800 trampas en 2014-2015, a lo que se suma un programa privado que comenzó en esa temporada Asoex junto con el Comité de Cerezas para poner filtros a las frutas que ingresan a las plantas, y así evitar riesgos de aparición de fruta larvada. «Ese es el gran riesgo comercial, porque en zonas muy contaminadas la Lobesia va a atacar los huertos que estén a los lados, por lo que el programa dio muy buenos resultados y para esta temporada lo vamos a profundizar«, explica Carlos Barriga.
Grisel Monje asegura que hasta ahora han tenido una situación tranquila en las distintas especies, pese a dos detecciones aisladas que ocurrieron el año pasado en cerezos, lo que no pasó de una alerta. «El programa de control obligatorio se mantiene en las mismas especies y no estamos subiendo otras porque no es necesario, pero estamos vigilando con bastante precaución. (…) El año pasado informamos a los principales mercados que efectivamente habíamos tenido un par de eventos en cerezas y es algo de conocimiento público. Sin embargo, se hizo un seguimiento exhaustivo de los dos predios y no se determinaron más estados inmaduros«, detalla la directora del programa.
En ese sentido, Roberto González recalca la importancia de mantener un control exhaustivo de la polilla para evitar que se traspase a otros frutales, así como a malezas y plantas ornamentales, ya que compite muy bien con otras plagas y logra desplazarlas.
Algunos productores de uva vinífera reclaman por tener que asumir los costos de los tratamientos, ya que el insecto no les produce un impacto económico. «Controlarla para que no nos haga daño sería muy barato, se podrían hacer una o dos aplicaciones y lo tendríamos solucionado, pero como se está evitando un problema cuarentenario el tema es distinto. Ahora, ¿por qué el costo lo tienen que asumir los viticultores en una situación deprimida como la que están?«, dice Pedro Hiribarren.
Frente a eso, el presidente de Fedefruta, Juan Carolus Brown, cree que se trata de un tema de responsabilidad nacional: «Desde la llegada de la plaga los viñateros han estado reacios a hacer los gastos, pero es un tema de solidaridad, de responsabilidad nacional de intentar controlarla, sobre todo porque entró a Chile por ellos«.
Optimismo en arándanos
La presencia de larvas de Lobesia en arándanos en los sitios de inspección, a comienzos de 2014, llevó a que las autoridades sanitarias de Estados Unidos ordenaran fumigar con bromuro de metilo los arándanos de las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío, y amplió el frente de la lucha contra la polilla, con resultados que hasta ahora son evaluados como positivos.
De hecho, a fines de julio, autoridades del SAG se reunieron en EE.UU. con sus pares del USDA/Aphis para presentar nuevos antecedentes del estado de la plaga en Chile y en los berries, lo que tuvo una buena acogida y que ha abierto la opción de que, según lo que determinen los estadounidenses, para la próxima cosecha se podrían acotar más las zonas de las cuales la fruta debe ser fumigada, lo que se sabrá en los próximos meses.
«Estamos disponiendo antecedentes adicionales que nos solicitaron para avanzar y tener pronto una respuesta con la alternativa de que haya zonas o comunas que se puedan liberar de la obligación de fumigar…. La decisión última está en sus equipos técnicos, pero lo que pudimos percibir y que se ratificó en la carta que nos llegó de ellos después de la reunión es que la información fue muy bien recibida«, comenta Grisel Monje.
Ronald Bown insiste en la importancia de haber demostrado que el riesgo está circunscrito a los huertos vecinos a los de vides o zonas semiurbanas. «Por eso sería factible que se modifique la orden norteamericana y que solo se aplique a la fruta proveniente de los predios ubicados en las comunas donde en la temporada pasada se encontró fruta con estados inmaduros«, plantea.
Aunque con cautela, el director ejecutivo del Comité de Arándanos, Andrés Armstrong, califica al resultado de esa reunión como muy positivo. Sin embargo, recalca que, independiente de lo que pueda pasar con esa decisión, «los arándanos y toda la fruticultura tienen que seguir trabajando por controlar esta plaga, porque tenemos que mostrar números más positivos«.
Fuente: Revista del Campo
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