¿Se puede evitar un desastre frente a un fenómeno atmosférico de gran magnitud?

Es la pregunta que ronda luego de conocer las devastadoras consecuencias que ha provocado el anunciado paso del sistema frontal por Chile, que según la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta) tuvo la dimensión de una “catástrofe agrícola”, y que ya alcanza pérdidas por USD 150 millones.

Las respuestas son variadas, desde los que afirman que es posible anticiparse a los fenómenos naturales, pero no salir incólumes, hasta los que sostienen que con innovación y ciencia todo se puede. La mayoría está de acuerdo en que hay que hacer cambios estructurales en la actividad agrícola, y hay casi unanimidad en que en el desarrollo y buen uso de la tecnología puede estar la respuesta.

Le preguntamos a Luis Luchsinger, especialista en poscosecha y conocedor experimentado del conjunto de industria frutícola, nacional e internacional.

• ¿Cuáles cree usted que debieran ser los cambios en la industria para evitar o paliar que se repitan situaciones como la vivida?
• El camino a seguir es vía agricultura protegida, utilizando cubiertas plásticas en los cultivos. Por otro lado, la utilización de seguros contra eventos climáticos será requisito.
• En una situación de aviso de varios días de anticipación – como fue el caso – ¿qué habría aconsejado usted a los productores que estaban en cosecha para evitar daños a la fruta?
• Cosechar la mayor cantidad de fruta posible, para salvar lo que más se pueda. Para esto hay que tener sistemas de enfriamiento rápido y una mayor capacidad de almacenaje de materia prima.
• Si la fruta ya se vio afectada, ¿cuáles son las medidas o acciones más adecuadas de tratamiento para recuperarla comercialmente?
• Secar la fruta con turbo nebulizadores y esperar a que se manifiesten las partiduras. Una adecuada cámara de gasificación con SO2 y un óptimo manejo de la cadena de frío son claves.

Como vemos, hay opinión respecto al tema, ya nadie se queda resignado frente a los imprevistos de la naturaleza, menos en una industria tan tecnologizada como la industria frutícola.

Una amenaza anunciada…

Por otro lado, hace décadas que los científicos vienen advirtiendo que el cambio climático multiplica y multiplicará estos episodios de lluvias intensas. Se ha comprobado mediante múltiples estudios, y en diferentes regiones del planeta, que por efectos de la acumulación de gases de efecto invernadero se han incrementado los episodios de precipitaciones fuertes, las que son causantes de inundaciones, graves daños y desastres, como el ocurrido en Chile a fines de enero, en pleno verano, en un episodio sin precedentes en los últimos 80 años en el país.

El académico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Raúl Cordero, afirma que el cambio climático hace más frecuentes los eventos extremos «y las lluvias intensas que acabamos de tener, absolutamente anómalas para el mes de enero, son un claro ejemplo».

«Debido a las temperaturas cada vez más altas asociadas al cambio climático, en los últimos años las precipitaciones estivales son mayoritariamente lluvia, y no nieve como en el pasado», explica.

El año 2020, Paulina Aldunce, académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile, aseguró que “con el cambio climático todas las variables se han exacerbado y se van a seguir exacerbando, por lo tanto, los cambios van a ser aún mayores», agregando:

«Está proyectado que vamos a tener más sequía, vamos a tener más olas de calor, un aumento sostenido de las temperaturas, tener más marejadas, más lluvias extremas, más severas y frecuentes, causando inundaciones, deslizamientos…».

Es un tema de desarrollo que está siendo abordado internacionalmente, por lo que la discusión continuará, y seguramente cruzará todo lo que tiene que ver con el control de emisiones de CO2, políticas públicas, elección adecuada de cultivos o variedades, mejoramiento vegetal, y sobre todo, planificación y comportamiento de la industria, entre otros temas.