Moody’s proyecta la modificación de las cadenas de suministro como una de las consecuencias centrales de la pandemia

Bloques económicos en competencia y el proteccionismo llevarán a una fragmentación del comercio

«El coronavirus parece estar listo para acelerar la tendencia hacia una economía global aún más fragmentada y proteccionista, con bloques económicos competidores y restricciones al comercio, la inversión y la transferencia de tecnología», destaca un informe de Moody’s titulado «Coronavirus dará forma y acelerará la globalización, tendencias económicas, comerciales y de consumo», documento que plantea la pandemia es una crisis mundial de proporciones históricas que probablemente resultará en cambios fundamentales en la forma de operar de las economías, sociedades y empresas, siendo la señalada fragmentación del comercio mundial uno de ellos.

De acuerdo con el informe de Moody’s es probable que la crisis también endurezca las actitudes contra la globalización, en particular a medida que los países y regiones se proponen ser más autosuficientes a la luz de la escasez de suministros críticos que muchos encontraron durante la pandemia. «Estos cambios alterarán la producción, el abastecimiento y el comercio de muchos tipos. El apoyo a las políticas será un factor determinante para que las empresas acorten o diversifiquen las cadenas de suministro», se indica en el informe.

China versus EE.UU.

Según se lee, la globalización que configuró las relaciones económicas mundiales desde finales de la década de 1980, ya se ha invertido parcialmente en los últimos años, lo que se puede reflejar en la tensión entre los EE.UU. y China antes de la pandemia.

Para la era post-pandemia, Moody’s espera que la relación entre EE.UU. y China se convierta en una rivalidad estratégica en sectores clave como la tecnología, los servicios financieros y la educación, situación que afectará inevitablemente al resto del mundo, en particular en lo que respecta al comercio mundial.

Por su parte, la Unión Europea (UE) probablemente seguirá siendo un defensor de un sistema de comercio mundial basado en normas multilaterales, pero también se verá empujada en una dirección más proteccionista en los ámbitos de los bienes críticos para su seguridad nacional.

Remodelación de las cadenas de suministro

El informe expone que el mundo post-pandémico podría ver el surgimiento de un sistema económico, financiero y comercial global tripolar, con cada uno de los principales bloques económicos, estableciendo sus propias normas. Como resultado, Moody’s espera que la competencia entre los tres actores/bloques dominantes con las correspondientes fricciones en el comercio y las finanzas internacionales. Asimismo, adelanta que «la eficacia general de las organizaciones multilaterales se erosionaría en este escenario y aumentaría la atención prestada a los acuerdos bilaterales y regionales. Estas barreras comerciales plantearían mayores desafíos e ineficiencias para las empresas que intentan operar a nivel global o interregional».

Este proceso remodelaría las cadenas de suministro mediante la aceleración de las fuerzas de desglobalización, mientras que el mayor nacionalismo y proteccionismo serán tanto causa como efecto de su reestructuración y acortamiento, acercándolas geopolítica y geográficamente a los mercados nacionales.

Estos cambios afectarán a la producción, el abastecimiento y el comercio, especialmente para los productos farmacéuticos, alimentos, tecnología de la información, defensa y energía. Las subvenciones o los aranceles a las importaciones favorecerán el surgimiento de empresas «campeonas nacionales».

Desconcentración de la producción

De acuerdo con Moody’s, un alejamiento significativo de la globalización podría remodelar o incluso revertir la acumulación masiva de bases de producción concentradas en China y otros mercados emergentes.

Según argumenta el informe, en los dos últimos decenios, China se ha convertido en el proveedor más importante de muchas cadenas de suministro de manufactura. Su participación en las exportaciones mundiales de manufacturas se ha disparado drásticamente, hasta el 16% en 2018, desde sólo el 4% dos hace décadas, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés).

No obstante, la interrupción de los negocios relacionados con el coronavirus en China mostró cómo un fallo en su actividad de fabricación puede rebotar en una línea de suministro, demostrando la alta dependencia de la fabricación mundial sobre los suministros de insumos intermedios de China en áreas críticas como la tecnología, fabricación de alta gama y en los medicamentos.

Ante esto Moody´s espera que las empresas y los gobiernos se centren más en la fabricación de productos críticos o estratégicos para toda una línea de producción, «ya sea desplazando las cadenas de suministro o evitando la dependencia de un único proveedor dominante en una cadena de suministro».

Esta reestructuración y la reorientación desencadenarán costos de ajuste, entre ellos: la construcción de nuevas fábricas y la capacitación de los trabajadores. Al mismo tiempo, las empresas probablemente considerarán la posibilidad de almacenar más stocks en algunos sectores, «lo que dará lugar a modelos de cadenas de suministro menos eficientes y específicas en comparación con el período prepandemia». «Las corporaciones multinacionales probablemente revisarán sus modelos de operación y ajustarán sus costos estrategias de beneficios desde las centradas en los costos hasta las centradas en la seguridad. Un nuevo plan de inversiones centrado en la producción local probablemente aumentaría inventarios, e inevitablemente elevan los costos y reducen los márgenes», finaliza el apartado del informe.

Fuente
MundoMarítimo

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