Optimización de la fertirrigación de los berries

La tendencia en la zona es abonar por el sistema de manejo proporcional, en el que la cantidad de fertilizantes va ligada al volumen de agua de riego aplicado, y no a la superficie o número de plantas.

El cultivo protegido de los berries en la provincia de Huelva se cultiva en suelos arenosos, pobres en materia orgánica, baja C.E., con escaso poder de retención de agua y nutrientes, y con muy baja interacción con los nutrientes. Como abonado de fondo o enmiendas previas del suelo se realiza una aplicación baja, para este tipo de suelo, de abono orgánico o estiércol normalmente de gallinaza, en cantidades que influyen poco en las propiedades físicas del suelo. En forma mineral también se aplica poca cantidad, ya que su efecto dura muy poco, debido a la textura de los suelos y a los lavados que se producen por los volúmenes de agua que se aplican para construir los caballones y para mantener la estructura de estos antes de la plantación. Además, se utiliza agua de riego, generalmente, con muy baja salinidad, que tampoco aporta nutrientes. Se riega con alta frecuencia y volúmenes importantes de agua, que implican un importante riesgo de lavado de nutrientes. En cierto modo, se puede considerar como un cultivo hidropónico en suelo. Por todo ello, la tendencia en la zona es abonar por el sistema de manejo proporcional, en el que la cantidad de fertilizantes va ligada al volumen de agua de riego aplicado, y no a la superficie o número de plantas. El aporte de la disolución nutritiva nos viene por los requerimientos hídricos del cultivo y no por las necesidades teóricas.

De forma general aplicamos los nutrientes al ritmo que el cultivo los necesita, siguiendo la curva de absorción de cada elemento, para evitar pérdidas, lixiviados, y contaminación. Manejamos equilibrios entre nutrientes óptimos para evitar incompatibilidades y aumentar la eficiencia en la absorción en cada momento. Para este ajuste necesitamos un conocimiento detallado de la demanda de nutrientes de la variedad, del suelo, del agua, sistema de riego, control estricto del riego, CE, aspectos climáticos, factores productivos.

Los berries tienen un interés especial, pues genera riqueza y empleo, y tiene la obligación de ser respetuoso con su entorno, el Parque Nacional de Doñana. Por tanto, es necesario encontrar herramientas o indicadores de gestión que permitan evaluar la gestión del binomio agua-fertilizante, y ayuden a mejorar la aplicación del fertirriego.

En Berries en sistemas protegidos está muy extendido el manejo del riego a partir del conocimiento y control de los parámetros climáticos y de humedad del suelo (Gavilán). Sin embargo, los sistemas para el control de la nutrición han tenido menor grado de desarrollo. Por ello, Gat Fertiliquidos, empresa fabricante de fertilizantes líquidos, comenzó a estudiar su fertilización, para poder ayudar a los agricultores a fertirrigar de forma más eficiente.

Resumen

Para el control de la nutrición en berries el Departamento Agronómico de Gat Fertiliquidos lleva realizando ensayos de seguimientos de los fertilizantes en todos los Berries, siete ensayos de seguimiento y comparación de fertirrigación en el cultivo de fresa, 2012 a 2016, cultivadas en tres parcelas comerciales. Ensayo de fertirrigación de un cultivo de frambuesa de vara en una parcela de la finca experimental “El Cebollar” Moguer (Huelva), perteneciente al IFAPA. Ensayos de fertirrigación de arándanos en dos fincas comerciales y en la finca experimental “El Cebollar” IFAPA.

Es indispensable un aporte continuo de nutrientes equilibrados para cada etapa del desarrollo de la planta”

Los objetivos fueron: conocer las necesidades y la eficiencia en el uso de los nutrientes de Berries en las condiciones de Huelva, evaluar la productividad de la solución nutritiva, determinar la eficiencia en el uso del abonado y relacionarla con la eficiencia en el uso del agua de riego. Generar conocimiento sobre los factores precosecha propios del cultivo que optimicen su calidad postcosecha, para intentar mejorar la calidad del fruto sin perjudicar la producción de esta, mediante el aumento de la salinidad con el manejo de la fertirrigación.

 Materiales y métodos

Se midieron todos los volúmenes de agua de riego y de fertilizantes tanto del riego como de las soluciones del suelo disponibles y de drenajes o lixiviados, con un seguimiento analítico durante todas las campañas. Se realizó un seguimiento analítico con muestreos cada 15 días de la Solución Fertilizante (SF), solución del suelo (SS) con sondas de succión, solución de drenaje o lixiviado (SD) con lisímetros de drenaje enterrados en el suelo. Análisis vegetales de muestras de hojas y las producciones obtenidas.

Resultados y Discusión

La concentración de sales en solución de suelo y solución de drenaje fueron muy parecidas a las del gotero, no existiendo interacción ni retención en el suelo. No se produjeron acumulaciones de sales en zonas radiculares en tratamientos con distintos volúmenes de fertirriego. Las pequeñas diferencias aparecieron en favor de la de entrada intermedia, que presentó mayores eficiencias y aprovechamiento en el uso de los fertilizantes. Sin embargo, no se aprecia esta ventaja en los análisis de hoja ni en la producción. Estadísticamente no hubo diferencias significativas en las producciones obtenidas. Sin embargo, sí se observaron tendencias, con producciones mayores cuando se aplicaron mayores dosis.

El valor medio de eficiencia del abonado se sitúa en torno a 0.3, superior al valor de 0.1 asumido por Aldaya et al. (2010) para el cálculo de la Huella de Agua Gris en el cultivo de fresa de Huelva.

Hemos evaluado la velocidad de desplazamiento del Nitrógeno en el suelo y las curvas de nitrógeno lixiviado están desplazadas unos 40 días respecto al N aportado, lo que implica una distancia de desplazamiento del N desde el gotero hasta el fondo del lisímetro de 0,75 m. La velocidad de desplazamiento del Nitrógeno es, por tanto, 0,56 m mes-1.

Los berries son cultivos sensibles a la salinidad, pudiendo originar una reducción en la producción de fruto. Sin embargo, la salinidad puede proporcionar una mayor calidad organoléptica y/o funcional del fruto. Estas estrategias estuvieron basadas en el aumento de la salinidad en la solución nutritiva aportada a través del riego, aplicado en el momento del cultivo en el que ya ha alcanzado el desarrollo vegetativo y comienza el engorde de los primeros frutos.

En frambuesa aplicación de fertirrigación por encima de los valores calculados de forma óptima no llevan asociados un aumento del rendimiento. Los valores de productividad del agua de riego que obtiene mejor producción se sitúan en 13,0-11,3 kg m-3. Igualmente, la mayor eficiencia del abono respecto a la producción la ofreció el tratamiento óptimo.

En arándanos los mejores rendimientos de fertirrigación los obtenemos con el óptimo control del pH y una buena aireación y drenaje del suelo. Buen equilibrado entre nutrientes y disponibles

Por tanto, se hace indispensable un aporte continuo de nutrientes equilibrados para cada etapa del desarrollo de la planta, suministrados al ritmo que pueda absorberlos sin dejar almacenados en suelo y evitar pérdidas. Es muy importante en estos casos un manejo óptimo del riego, de la C.E y del pH.

Fuente
eComercio Agrario

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