Producción orgánica de arándanos: una oportunidad para la zona sur

La producción chilena de arándanos tiene una restricción de acceso al mercado norteamericano para las regiones de O´Higgins, Maule y Bío Bío. La presencia de la Lobesia Botrana o la polilla de la vid en los huertos de la zona central hizoque Estados Unidos determinara que la fruta fresca sea fumigada antes de ser exportada a ese país.

Este tratamiento cuarentenario, explica Andrés Armstrong, director ejecutivo del Comité de Arándanos, hace perder la condición de orgánico de este Berry en Estados Unidos. En este escenario, los huertos emplazados desde La Araucanía al sur emergen como una oportunidad para desarrollar sin restricciones el mercado orgánico de arándanos en Chile y así mantener una oferta interesante para Estados Unidos, país que en la temporada pasada recibió el 85% de los envíos orgánicos de nuestro país.

“El mercado de importaciones demostró que el 85% de la producción orgánica de Chile fue a Estados Unidos, es un mercado relevante para nosotros. La temporada pasada, por primera vez, hemos podido seguir el volumen exportador el que fue de un 9,2% sobre el total exportado de arándanos frescos”, explica Armstrong, quien agrega que si bien se trata de un modelo productivo más complejo, este se compensa con un sobreprecio.

El pago por la fruta orgánica puede llegar hasta un 30% más que la fruta producida de manera convencional.

EXPORTACIONES

Según los datos del Comité de Arándanos durante la temporada 2017-2018 Chile exportó 110.240 toneladas de arándanos frescos, de los cuales 9.984 toneladas son orgánicas.

En el detalle, La Araucanía lidera los envíos con 4.037 toneladas, un 40% de participación; luego viene Los Ríos con 2.142 toneladas (21% de participación), mientras que Los Lagos con 836 toneladas tiene un 8% de participación en el total de fruta fresca orgánica exportada.

“Si uno suma las plantaciones en Chile un 30% está ubicada en el Maule, un 30% en el Bío Bío y un 30% desde La Araucanía al sur. La oferta orgánica está disminuída, porque tenemos una restricción en una parte importante de la zona productora. Si consideramos esto, la superficie sigue siendo baja”.

SEMINARIO

Los números, sin duda, demuestran el potencial de la zona sur en la consolidación de este mercado. De aquí se desprende el interés y la necesidad del Comité de Arándanos de desarrollar el seminario: “Una mirada a la producción orgánica de arándanos del sur de Chile”.

En el Hotel Diego de Almagro no sólo se analizaron las estadísticas de la temporada 2017-2018 y los desafíos futuros de producción orgánica, sino que también se habló sobre la experiencia y mercado internacional de arándanos orgánicos.

Julia Pinto, gerente técnico del Comité de Arándanos, explicó que esta actividad fue gratuita. Según la experta el seminario tuvo como objetivo entregar herramientas a los productores y despejar dudas respecto al cultivo de arándanos orgánicos.

“Queremos entregar herramientas a los productores que tienen dudas respecto a lo que está pasando en el mundo orgánico y en el proceso productivo. Hay algunos huertos que están en transición, a otros les gustaría entraren este proceso y otros que ya están trabajando en la producción orgánica. Lo que queremos es entregar una batería de herramientas que les permita tomar decisiones informados”, sostiene Pinto.

DESDE LA EXPERIENCIA

Carlos Klein, productor orgánico de La Araucanía, comenzó a experimentar con este cultivo a fines de la década de los 80. Lo suyo desde siempre fue el método natural, desarrollando un modelo de producción lejos del uso de pesticidas y fertilizantes de origen químico duro.

Junto a un hermano agrónomo, igual que él, en 1988 trajeron estacas enraizadas de Alemania de las variedades intermedias y comenzaron con una pequeña parcela en Temuco.

“Como muchas otras personas comenzamos a experimentar. Lo que hicimos no fue un cultivo orgánico, sino un cultivo bajo formas naturales. La diferencia es que para ser orgánico tienes que tener un certificado y regirte por normas que están bien establecidas y que determinan los diferentes países que compran esta fruta orgánica”, cuenta este agricultor.

Desde entonces “todo ha sido un aprendizaje” enfatiza Klein, quien pasó de tener dos hectáreas bajo un modelo natural a 20 hectáreas bajo certificación orgánica en la comuna de Freire el año 2005.

“Estamos donde estamos, aprendiendo cada día más, porque hacer producción orgánica significa un estudio bien detallado de las condiciones de cada predio, de cada lugar. Uno debe conocer muy bien su agrosistema, su suelo, las condiciones agroclimáticas, las condiciones de temperaturas, de lluvia, de granizo y cuáles son las variedades más adecuadas. Eso toma mucho tiempo, mucha dedicación. No termina nunca”, dice.

CAMBIO CLIMÁTICOS Y LOS ARÁNDANOS

La experiencia de este ingeniero agrónomo es indudable, por eso es una fuente segura a la hora de hablar del cambio climático y su efecto en la producción de arándanos orgánicos.

Klein sostiene que el cambio climático es un proceso lento. Entre los diferentes factores de este fenómeno lo que más puede estar afectando a este cultivo -asegura- es la radiación ultravioleta, por ejemplo las temperaturas excesivas altas en verano.

“Todo este proceso amerita conocer lo que está pasando con la planta, conocer lo que esta pasando con la fruta y lo más interesante para el concepto orgánico es saber si todo este modelo que se ha desarrollado casi hace 40 años en Chile resiste el cambio climático”.

Recalca que hay variedades que verdaderamente frente a temperaturas excesivas de verano, como ya han ocurrido desde Talca al sur, de 35 grados y más, no resisten.

“Eso amerita mucha observación e investigación y en el caso del orgánico mucho más todavía, porque las herramientas y recursos que tiene la producción orgánica son distintas y son menores en general a la producción convencional”, aclara.

MATERIAL GENÉTICO

De toda esa experiencia en Temuco pasaron el año 2005 a una huerto en Freire donde manejan más de 20 hectáreas de arándanos certificados orgánicos con variedades mas modernas. Se trata de material genético proveniente de California y Oregon en Estados Unidos.

¿Cómo elegir la variedad adecuada para un huerto de arándanos? Según Klein varios son los criterios, pero el principal es la fecha de cosecha partiendo de la base que la calidad de la fruta es la adecuada.

“Lo que está ocurriendo en nuestro país es que nos estamos saltando etapas que son básicas y fundamentales , por ejemplo la validación de las nuevas variedades; es decir, la validación de la tecnología. Aquí se trae la tecnología y la plantamos de un viaje y son los productores quienes cargan con el riesgo de ver si funciona o no, si se adapta o responde a lo que se espera de ella”, explica el productor, quien enfatiza que esta etapa debiese estar en manos, como ocurre en los países desarrollados, de instituciones especiales como universidades e institutos.

“Como productores estamos estamos enfrentando un tema mas grande y es la poscosechas. Las variedades no está respondiendo, son excelentes pero no resisten bien el transporte que para Chile es fundamental. Necesitamos una buena calidad de arándano en sabor, tamaño, pero más que nada valor y firmeza, ya que debe resistir los 28 días de viaje a EE.UU, 35 y 40 días de viaje a Europa y para que decir tiene para llegar a China o a la India”, resume.

¿POR QUÉ ORGÁNICO?

Porque Klein decidió implementar un huerto orgánico. La respuesta es “bastante personal”, dice y tiene razón. Su historia profesional, su ética y su respeto por la ecología motivó su decisión.

Primero estuvo ligado como profesor en dos universidades con la enseñanza de ecología general y ecología aplicada, después estuvo trabajando por más de 20 años en distintos países con la cooperación del gobierno alemán en el control biológico y manejo integrado de plagas.

“Entonces al llegar a Chile y producir arándanos obviamente tenía que ser orgánicos. De otra forma no me interesaba, yo quería producir arándanos bajo parámetros ecológicos”, comenta.

Klein enfatiza que en Chile hay un tema que aún no se analiza a profundidad, el tema ético.

“Estamos exportando 110 millones de kilos de arándanos para fresco y mucho de ello está siendo sobre la base de destruir nuestros propios ecosistemas. Estamos usando en la producción convencional de arándanos plaguicidas, estamos contaminando nuestras aguas, suelos, estamos destruyendo nuestra biodiversidad para exportar fruta y que otros países disfruten de nuestros arándanos”.

Recalca que el tema de la sustentabilidad se debe tratar. “Resulta absurdo que Chile como país exportador comprometa nuestro entorno, nuestra calidad de agua y suelo para exportar fruta a otros países. Hay personas que pensamos distinto”. concluye.

Fuente
Campo Sureño

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