¿Qué es la microbiología y cuál es su rendimiento en los cultivos?
Brand Studio para Rizobacter
El mercado de productos biológicos para el agro crece en forma exponencial año a año y Argentina puede convertirse en uno de los principales proveedores mundiales. Hasta 2022, este negocio crecerá 12,8% y movilizará 11.3 billones de dólares impulsado por los beneficios que ofrecen para el suelo y la creciente demanda de productos alimenticios saludables y medioambientales, y las mayores exigencias regulatorias de los gobiernos, según diversos estudios.
El país hoy aparece como uno de los principales jugadores en el mercado, con empresas que desarrollan biológicos para proteger cultivos de plagas y enfermedades y mejorar la productividad y fertilidad de las plantas. El foco de las compañías argentinas está en cultivos extensivos como la soja y otras legumbres, que hoy representan el 22,3% del mercado global. Un 28,6% del mercado recae en cultivos como cereales y granos, mientras que el 27,6% se lo llevan frutas y verduras. Proteger los cultivos de plagas y enfermedades y mejorar la productividad y la fertilidad de las plantas es clave.
“Las expectativas de crecimiento responden a varios factores. Estos productos no contaminan, previenen la degradación de los suelos, son incluso más económicos y seguros para el productor y mejoran la calidad y productividad de los cultivos, favoreciendo a la agricultura regenerativa. Esto se combina con la mayor demanda de alimentos, las mayores exigencias regulatorias de los países que quieren menos usos de químicos y las exigencias del propio consumidor”, explica Matías Gorski, jefe de producto de Inoculantes de Rizobacter, la primera empresa argentina de microbiología agrícola que está posicionada entre las primeras 5 del mundo en su rubro.
“En nuestro país, por ejemplo, el 90% de la soja está inoculada, es decir, tratada con esta tecnología y vemos cómo día a día se expande el uso en otros cultivos. A su vez, se multiplican los desarrollos y la oferta para lograr soluciones integrales para el productor y acceder a nuevos mercados”, destaca el experto de la compañía, que en dos años logró 40 registros de biotecnologías para ser comercializadas en mercados internacionales.
Jugadores y mercados
Las principales compañías de productos químicos comenzaron a desarrollar cada vez más dentro de su portafolio unidades o empresas específicas de biológicos. Argentina es uno de los mercados más competitivos del mundo en donde existen más de 100 empresas con productos registrados y altos estándares de calidad, que ya ganaron participación en mercados exigentes y tienen la oportunidad de continuar creciendo en un contexto económico difícil como el actual.
En materia de tamaño de mercado, los más desarrollados son Europa y Estados Unidos con tasas de crecimiento en los últimos años de 13% y un share del 30%. Le siguen Asia Pacífico y América Latina.
Los desafíos que se aproximan
Hoy los biológicos representan menos del 5% del mercado de productos para el agro y expertos y empresas coinciden en que pueden ampliar su participación frente a los químicos si amplían su vida útil, estabilizan sus resultados y consolidan una oferta integral.
“Hoy son muchos los desafíos pero también las oportunidades. El costo del desarrollo de los biológicos es menor y los resultados son más seguros y sustentables. Hay que trabajar en multiplicar los productos para poder tener mayor alcance”, concluye Gorski.
La verdadera agricultura sostenible
La microbiología agrícola es una respuesta sostenible para un planeta que expresa a gritos múltiples desafíos con el cambio climático y en el que la seguridad de los alimentos se torna fundamental.
Los productos biológicos para el agro están formulados por componentes naturales: microorganismos (bacterias y hongos fundamentalmente); extractos de plantas y sustancias orgánicas. No tienen ningún efecto tóxico sobre el suelo ni los recursos hídricos y son seguros para todas las formas de vida. Incluso, contribuyen al enriquecimiento de los suelos y frenan su erosión al tiempo que mejoran los rindes y protegen los cultivos.
Además, son seguros también para el propio productor que los utiliza y no corre riesgos de contaminación o intoxicación. Estas ventajas están presentes en todos los tipos de bio productos: biopesticidas, bioestimulantes y biofertilizantes.
Los biofertilizantes y los bioestimulantes son complementos para la nutrición de las plantas, pero no inciden en el control de las plagas. Los biopesticidas formulados con microorganismos defienden al cultivo frente agentes externos (plagas y enfermedades).
Negocios y resultados al alcance de empresas y productores argentinos
El desarrollo de productos biológicos es sustancialmente menor al de los químicos en materia de costos: registrar una molécula química nueva cuesta entre 50 a 150 millones de dólares, mientras que en el caso de un biológico se puede tener un registro por 150.000 dólares.
“Esto nos permite encarar desarrollos múltiples y trabajar para ofrecer a los productores soluciones más integrales. Los biológicos trabajan de una manera más específica y es por eso que tienen una vida útil más acotada, demandan pensar el control de enfermedades desde una perspectiva diferente”, explica Gorski y agrega: “Por eso es importante seguir trabajando y multiplicando la oferta para armar paquetes más completos y mostrar las claras ventajas de esta respuesta que nos brinda la naturaleza.” La variable de costos también se torna atractiva para el productor, en particular, el de soja y leguminosas: fertilizar con urea cuesta 250 dólares mientras que con el inoculante no se superan los 3 dólares por hectárea. El retorno a la inversión es de 20:1 por cada dólar invertido.
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