Quiénes son los compradores de orgánicos en la UE
Un informe de la Red de Información Agrícola Global de EE.UU. señala que el foco debe estar en los compradores livianos, gente mayor, sin hijos en la casa y que busca nuevas tendencias. Chile debe estar atento, eso sí, al interés creciente por consumir producción local.
Si bien EE.UU. es el mayor mercado orgánico del planeta, la Unión Europea crece a pasos agigantados. Lo positivo es que eso abre nuevas posibilidades para los productores globales, especialmente aquellos que, como Chile, tienen un acuerdo de homologación. De acuerdo con un estudio preparado por Leif Rader y especialistas para Europa de la Red de Información Agrícola Global (GAIN en inglés), en 2016, el mercado de alimentos orgánicos representó US$ 43 mil millones, en tanto la UE implicó US$ 35 mil millones, lo que fue 15% mayor que en 2015. «En los últimos 10 años el mercado europeo se ha más que doblado«, agrega.
Detrás de este crecimiento estaría no solo la búsqueda de una alimentación más ecológica, sino la inclusión de productos orgánicos en los anaqueles de los supermercados tradicionales. «Esto ha significado una gran disponibilidad de orgánicos para un público mayor«, señala el documento. A ello se agrega que las tiendas especializadas se han ido profesionalizando cada vez más, sumando más espacios y ampliando la oferta.
Si bien Alemania y Francia son el primer y segundo mercado de orgánicos en Europa, y representan cerca de la mitad del total en Europa, el mayor gasto por persona, al año, lo realizan en Dinamarca -con un promedio de US$ 250 anuales-, seguidos por Suecia, Luxemburgo y Austria.
El documento plantea que los consumidores europeos se pueden dividir en dos grupos.
«El primero, denominado los compradores habituales, corresponde a un grupo pequeño que ha estado comprando orgánicos por décadas e incluye ambientalistas, amantes de la naturaleza y gente consciente. Si bien es un grupo pequeño, son responsables de cerca de la mitad de las compras de orgánicos en la UE«, señala.
Agrega que ellos recurrirían a las tiendas especializadas o a los mercados orgánicos, y no consideran el precio como un factor clave en su decisión de compra. El segundo grupo, denominado de compradores livianos, es más grande que el anterior y está compuesto por personas mayores -de entre 50 y 75 años-, usualmente sin hijos en la casa y con ingresos mayores que los compradores habituales, y que, además, se caracterizan por buscar nuevas tendencias.
Entre sus razones para adquirir orgánicos está la búsqueda de estilos de vida saludables, preocupación por la inocuidad y el bienestar animal, entre otros, según el documento. Ellos suelen comprar en supermercados tradicionales y en tiendas especializadas.
«Debido a su diversidad y tamaño, es este el grupo en el que se enfocará el crecimiento de la industria orgánica en los próximos años«, plantea.
La precaución que debe tener Chile
Chile tiene una ventaja para aprovechar, en términos de orgánicos: un acuerdo de homologación que le permite llegar con más facilidad a ese país. De hecho, un acuerdo similar que concretó la UE con EE.UU., en 2012, ha impulsado el comercio de orgánicos entre ambos. «Desde 2012 esta asociación ha estimulado el comercio entre los dos mayores productores de orgánicos del mundo, y ha dado a los productores y empresarios el acceso a un creciente mercado combinado de cerca de US$ 80 mil millones», plantea Leif Erik Rehder, coordinador de FAS en Berlín.
A pesar de que se reconoce el acuerdo como positivo, algunos consideran que hay que ser cautos y entender cómo es el consumidor europeo.
«Los europeos están operando el término «buy local»(compre local), con mucha fuerza y especialmente para los orgánicos, en el que el consumidor es más informado y maneja muy bien el concepto de energía y lo que significa viajar 12 mil kilómetros, que para un producto orgánico no calza con los principios. Esa es una diferencia importante con el consumidor de orgánicos en Estados Unidos, que no le importa mucho de dónde viene el producto mientras sea de calidad y cumpla con los requisitos«, expresa Carlos Klein, productor y ex director de la Asociación de Productores Orgánicos de Chile. Por lo mismo, señala que el mercado natural, especialmente para los berries chilenos, va a seguir siendo Canadá y Estados Unidos.
Klein explica que la conciencia por la ecología que han ido desarrollando los europeos la ve todavía muy inmadura. «Falta mucho más. Hay un tema de credibilidad en algunos países, que le creen a su propia producción orgánica -como los daneses o los alemanes-, y tienen mucha sensibilidad respecto de la producción orgánica en países de más al sur«, dice.
Fuente: Revista del Campo
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