SAG capacita a productores de arándanos de Lautaro por capturas de Lobesia botrana en área urbana de la ciudad

En La Araucanía sólo se ha detectado el insecto en parrones caseros de zonas urbanas de la región.

En Lautaro el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), capacitó a productores de arándanos por la presencia de Lobesia botrana en parrones caseros del área urbana de la comuna. Las capturas del insecto se registraron en la red de trampas que el Servicio mantiene instalada en toda la región para el monitoreo de esta plaga.

Cabe señalar que la Lobesia botrana o comúnmente conocida como la Polilla del Racimo de la Vid afecta principalmente a las producciones de uva, sin embargo y tras las detecciones del insecto en la zona central de país en otras especies frutícolas de exportación como los arándanos, la estrategia del Programa Nacional de Control deLobesia botrana contempla medidas en esta especie frutícola y en otros hospederos bibliográficos en las zonas con presencia de la plaga como en las regiones donde no se ha encontrado la polilla del racimo de la vid.

Si bien en La Araucanía la polilla del racimo de la vid sólo se ha detectado en parrones caseros de zonas urbanas, es muy  importante que los agricultores conozcan las características del insecto, las medidas fitosanitarias y las regulaciones que se establecen por la plaga, sostuvo el Director Regional del SAG, Eduardo Figueroa Goycolea.

Es de suma importancia que las regiones cumplamos con todas las medidas  del Programa Nacional de Control de Lobesia botrana, para evitar la dispersión de este insecto a otras zonas, para ello la capacitación a los productores y la coordinación con la comunidad es fundamental”, puntualizó la autoridad.

La capacitación fue entregada por el coordinador regional del Programa Nacional de Control de Lobesia botrana, Isaul Saavedra Vicencio, quien señaló que Lautaro es la última comuna reglamentada por la presencia de esta plaga en la región a la fecha. “En la comuna se registraron siete capturas del insecto lo que motivo la aplicación de medidas fitosanitarias inmediatas por parte del Servicio”, detalló Saavedra.

El profesional agregó que las medidas fitosanitarias deben ir acompañadas de capacitaciones con el fin de explicar a la comunidad y a los productores el objetivo de las acciones que se implementan y la importancia de la colaboración de cada uno de ellos para evitar que se establezca la plaga en la región.

La exposición detalló las características y daño del insecto, las zonas reglamentadas y los dispositivos utilizados para el control de esta polilla. En el caso de la comuna de la Lautaro se instalaron 700 confusores sexuales en la ciudad. Dispositivos que no provocan problemas a la salud de las personas y animales. Su objetivo es producir una nube de feromonas para confundir a los machos, evitando que el insecto encuentre a la hembra para la reproducción, disminuyendo así las posibilidades de multiplicación de la plaga.

La actividad se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Municipalidad, lugar al cual acudieron los productores gracias a la convocatoria realizada por los equipos técnicos del municipio. El jefe de la Unidad de Desarrollo Local de la Municipalidad Lautaro, John Vásquez, dijo que esta actividad se puedo concretar gracias al trabajo coordinado entre el Servicio y la Municipalidad.

En esta oportunidad también se capacitaron productores y equipos técnicos del municipio.

A la fecha existen 17 áreas reglamentadas por la plaga, todas por capturas del insecto en parras caseras en zonas urbanas de Mininco, Angol, Collipulli, Ercilla, Los Sauces, Purén, Victoria, Curacautín, Vilcún, Temuco, Imperial, Freire, Pitrufquén, Villarrica, Pucón, Los Sauces y Lautaro en todas estas comunas el SAG ha aplicado medidas fitosanitarias para evitar el establecimiento deLobesia botrana en la Región de La Araucanía.

La polilla del racimo de la vid, plaga originaria de Europa, fue detectada por primera vez el año 2008 en nuestro país en la zona de Linderos, Región Metropolitana. Esta plaga ataca a los viñedos, su larva provoca un daño directo al alimentarse de los racimos, produciéndose una pudrición y deshidratación de las bayas, situación que hace disminuir los rendimientos y calidad de las uvas de mesa para consumo fresco.

 

Fuente: La Opiñón

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