La amenaza a la seguridad alimentaria es un hecho evidente del que somos testigos diariamente, con la presión inmobiliaria, la degradación de los suelos, el cambio climático y el estrés hídrico, entre otros factores que van reduciendo la superficie para cultivar alimentos.

Entonces, producir de la forma en que lo hemos hecho por años, poniendo la semilla en la tierra, manejando el agua como lo hemos hecho históricamente, o aplicando los fertilizantes y plaguicidas sin parámetros sanitarios, nos llevará al colapso. Los suelos están agotados de tantas aplicaciones y es cada vez más escaza y cara el agua, además del peligro y contaminación de los plaguicidas.

En este escenario planetario, el cultivo sin suelo es una alternativa no solo viable, sino que vital y mucho más eficiente en todos los parámetros, tanto en lo que se refiere al control del cultivo, la eficiencia en el uso del agua y los diferentes recursos nutritivos, la homogeneidad de la producción, y, sobre todo, en mejores rendimientos y calidad de los productos, además de facilitar la inocuidad y sanidad, tanto para las plantas como para el consumo humano.

Ejemplo para seguir

Países Bajos, una de las naciones más pequeñas de Europa, casi la mitad del tamaño de Andalucía o del estado de Jalisco, 10 veces más pequeña que Marruecos, y 30 veces más pequeña que Perú, es la principal referencia mundial en cultivo sin suelo.

Hasta ahora, no existe otro país que cultive tantos alimentos en tan poco terreno como lo hace Países Bajos, y en términos de ventas, son la tercera nación que más exporta alimentos, solo detrás de Estados Unidos y Francia, aunque midiendo rendimientos de cantidad de kilos producidos por kilómetro cuadrado, nadie en el mundo cosecha más que los holandeses.

No solo su terreno es poco, sino que su clima es frío y de veranos muy cortos. Ha sido con investigación, buen uso de la tecnología, mucha inversión y perseverancia, que han conseguido transitar al desarrollo e implementación del cultivo sin suelo y transformarse en potencia agroalimentaria.

Sustratos y buen uso

En los sistemas sin suelo existen diversos métodos de cultivo, pero nos enfocaremos en los que reemplazan la tierra por sustratos, que es el sistema que se abre espacio en la industria de los berries.

Estos sustratos que reemplazan al suelo generalmente son inertes y tienen como objetivo no solo ser un anclaje viable para la planta y su expresión radicular, sino ser reservorios de agua y nutrientes esenciales para su desarrollo a plenitud, entre otras ventajas. La planta en vez de estar gastando su energía en buscar agua, luz o nutrientes, se enfoca en lo más importante: formar frutos grandes y sabrosos.

Para cultivar berries de manera efectiva, es esencial elegir el sustrato adecuado, debido a que es el medio en el que crecerán las raíces y donde se absorberán los nutrientes.

María del Carmen Salas es una experimentada investigadora en agricultura sin suelo y en el buen uso de los diferentes sustratos aplicados al cultivo de los berries, por lo que su charla es esperada con mucho interés.

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