La Bioeconomía en el siglo XXI

En la década que comienza el mundo necesitará un 50% más de alimentos, casi el mismo porcentaje en necesidad de energía y un crecimiento muy alto también en la demanda de agua. Esto provocará una mayor escasez de recursos naturales y un aumento en los precios de los productos.

La sociedad se apresta para dotarse de nuevos paradigmas, que se hagan cargo de los desafíos del siglo XXI, como la seguridad alimentaria; los aspectos sanitarios del consumo y la producción; la relación sostenible con el medio ambiente; la reducción de emanaciones de CO2; el desarrollo de energías limpias; y el buen uso de los recursos hídricos, entre otros desafíos.

Cumbre de la Tierra

En este marco, hay buenas señales, como la Cumbre de la Tierra realizada y encabezada por EEUU, en la que las 40 naciones más importantes establecieron compromisos ambiciosos respecto a sus emisiones en el futuro inmediato. EEUU ha manifestado su voluntad de descarbonizar la economía estadounidense por completo en 2050; Japón anunció que recortará sus emisiones un 46% para 2030; Brasil aseguró que alcanzará la neutralidad climática en 2050; China reafirma que a partir de 2060 no va a liberar CO2 a la atmósfera; la Unión Europea acordó recortar un 55% las emisiones para 2030, mientras que Reino Unido las reducirá un 68% al 2030 y un 78% al 2035, entre otros compromisos.

Bioeconomía

En este contexto irrumpen alternativas de nuevos conceptos económicos de desarrollo, tanto en lo micro como en lo macro, que la sociedad comienza a adoptar gradualmente. Es el caso de la Bioeconomía, concepto teórico que busca adaptar los procesos económicos a la simbiosis de los ecosistemas biológicos.

Es un nuevo modelo de desarrollo basado en los recursos renovables como materia prima. Esta alternativa es una revolución en la forma que la sociedad obtendrá fuentes vitales de carbono y energía, reduciendo de manera importante la dependencia del petróleo. Se diferencia de la Economía Circular, que es otra alternativa de desarrollo económico, pero que contempla los derivados del petróleo.

Bioproductos

Las actividades industriales, agrícolas y forestales producen flujos de materiales que no se utilizan en la fabricación de sus productos principales. Estos flujos de materiales contienen componentes valiosos como azúcares, proteínas y ácidos grasos que representan materia prima para el desarrollo de bioproductos mediante procesos de transformación química, termoquímica y biológica, que forman parte del ámbito de la bioeconomía.

Estos procesos químicos avanzados y la biotecnología harán posible esta transformación, proveyendo de recursos, herramientas e insumos, de manera sustentable para la producción de bioproductos.

La idea es generar innovación en el ámbito de la producción económica con el uso sustentable de biomasa agrícola, forestal, marina y de residuos, para obtener biomateriales, biocombustibles, productos biotecnológicos avanzados y químicos finos, con un alto valor agregado.

Nuevo crecimiento económico

Este nuevo concepto económico y de producción se refiere a una economía de desarrollo basada en el buen uso de los recursos renovables para producir alimentos, energía, productos y servicios. El objetivo estratégico es reducir de manera radical nuestra dependencia de los recursos fósiles, evitando la pérdida de biodiversidad y creando un nuevo crecimiento económico alineado con los principios del desarrollo sustentable.

En la década que comienza, el mundo necesitará un 50% más de alimentos, casi el mismo porcentaje de aumento se producirá en la necesidad de energía, y un porcentaje de crecimiento muy alto también se observará en cuanto a la demanda de agua. Esta creciente demanda provocará con certeza una mayor escasez de recursos naturales y hará aumentar sus precios.

En este marco, la disponibilidad y el buen uso de materias primas, y la eficiencia en su aprovechamiento, se transformará en un factor importante de ventaja competitiva para los países, las empresas y la industria en el futuro cercano, por lo que es imprescindible una mayor conciencia ambiental, estableciendo marcos regulatorios más estrictos, porque estos serán los pilares sobre los que se desarrolle la producción industrial y el consumo de productos y servicios.

Fuente
Martín Carrillo O. – Blueberries Consulting

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