Una innovadora gama de fruta congelada promueve la importancia de la sostenibilidad en Australia

Un emergente proveedor australiano de fruta congelada dice que no le bastaba con ser ecológico, así que dio un paso más y se comprometió a crear productos con certificación sostenible.

Ra Food produce las únicas frutas congeladas con certificación Rainforest Alliance™ para Australia y Nueva Zelanda. Su copropietario, Shane Bukovinsky, afirma que sus productos se han convertido en una innovación en la categoría, al garantizar que su red de producción protege la biodiversidad y los recursos naturales, ofreciendo condiciones justas y seguras a los trabajadores y sus comunidades.

“En efecto, intentamos llenar ese vacío entre los productos convencionales (no ecológicos) y la categoría ecológica”, afirma. “La certificación ecológica en realidad solo da a los consumidores la confianza de que no se utilizan productos químicos, pero no necesariamente la confianza sobre lo que ocurre en términos de comercio justo, remuneración de la mano de obra, prácticas regenerativas del suelo y la destinación de fondos a la preservación a largo plazo y la biodiversidad de la vida silvestre. Todos esos elementos se recogen en la certificación de sostenibilidad”.

La empresa, en Kurmond, cerca de Sídney, trabaja con cuatro productos congelados: arándanos, frambuesas, mangos y diferentes berries. Se inauguró en 2019 y abastece a los retailers independientes a nivel nacional. Bukovinsky dice que Rainforest Alliance se especializa en la certificación de sostenibilidad de sus fincas. Ra Food se abastece de fruta de Chile, Perú, Europa del Este y México, pero explica que no es viable abastecerse de fruta a nivel nacional en este momento.

“Desgraciadamente, la fruta congelada producida en Australia es especialmente cara en este momento; esperamos que eso cambie en el futuro”, afirma Bukovinsky. “Históricamente, ha sido demasiado cara para los consumidores habituales y, de hecho, más cara que los productos ecológicos debido principalmente a la naturaleza fragmentada de la cadena de suministro: fincas relativamente pequeñas que se centran sobre todo en el mercado fresco y no en los mercados industriales o de congelación. Además, los equipos de congelación automatizados creados en otros países, que se centran en las frutas congeladas, están mucho mejor situados para poder trabajar de una manera más rentable que nos permita vender la fruta a precios más parecidos a los de la fruta convencional”.

Según Bukovinsky, la producción de congelados no solo es sostenible en la zona de producción. Explica que sus productos se envasan en envases reciclables y reutilizables; las bandejas son de polietileno y se pueden reciclar, pero son resistentes con una tapa que se puede volver a cerrar y que se puede utilizar para múltiples usos antes de desecharla. Explica que su fruta congelada tiene una prima significativa respecto a los productos convencionales.

“Nuestros precios son más bajos que los de la fruta congelada ecológica, por lo que estamos recibiendo una buena acogida por parte de los consumidores en los retailers“, afirma. “Uno de los retos a los que nos enfrentamos es informar a los consumidores para que entiendan las diferencias entre los productos convencionales, los ecológicos y los de certificación sostenible. Llevamos varios años en las redes sociales educando a los consumidores sobre esas diferencias, ayudándoles a entender por qué hemos elegido crear un producto de esa manera y los beneficios para los productores y agricultores de trabajar de forma sostenible”.

Rainforest Alliance es una organización internacional sin ánimo de lucro que opera en más de 70 países y trabaja con los agricultores en primera línea. La certificación Rainforest Alliance Certified™ implica la realización de auditorías periódicas in situ de las prácticas agrícolas. Bukovinsky admite que consideraron la posibilidad de iniciar el camino de la certificación de sostenibilidad en solitario, pero optaron por asociarse con la organización mundial por su objetividad y experiencia en ese ámbito.

“Llevamos casi 20 años abasteciéndonos de frutas y hortalizas en todo el mundo, viajando por países en vías de desarrollo, y vimos la necesidad de hacer las cosas de forma diferente”, continúa Bukovinsky. “También hemos observado la evolución de la categoría de alimentos congelados a lo largo de los años, no solo desde el punto de vista de la oferta y los precios, sino también de lo que ocurre en las explotaciones agrícolas. Creemos que las cosas deben hacerse de forma sostenible en todos los niveles de la cadena de suministro. Hay algunas certificadoras que se encargan de ese tipo de certificación, pero no tienen impacto en el consumidor. Por lo tanto, tener su nombre y su certificado no significaría tanto para un consumidor como para las empresas alimentarias multinacionales. Así que, de las opciones que teníamos, Rainforest Alliance nos pareció bastante destacada porque lleva bastante tiempo haciendo esa tarea, trabajando con proveedores de café, etc., y su logotipo es reconocido por los consumidores”.

Bukovinsky añade que “Rå” es una palabra danesa que significa “crudo” (natural), lo cual, según él, es muy apropiado, ya que sus productos son 100% fruta y sostenibles.

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