Los productores de arándanos en Columbia Británica están ansiosos por conocer el resultado de una decisión de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC) esta semana sobre la cuestión de si los productores de arándanos estadounidenses se han visto perjudicados por las importaciones de países como Canadá.

La declaración incluye una afirmación de la Unión Nacional de Agricultores de que entre 2015 y 2019, los rendimientos operativos de los productores cayeron un 32,4 por ciento. El comunicado nombra a Canadá, junto con México, Perú, Chile y Argentina como países responsables del aumento de las importaciones a EE. UU.

Pero según Anju Gill, director ejecutivo del BC Blueberry Council, ese aumento no proviene de la Columbia Británica, que cultiva aproximadamente el 95 por ciento de los arándanos altos de Canadá. Hay una industria de arándanos silvestres con sede en el este de Canadá.

Gill agregó que la Columbia Británica y los EE. UU. Comparten una relación muy estrecha cuando se trata de arándanos, con una cantidad uniforme y recíproca de bayas que cruzan la frontera en ambas direcciones la mayoría de los años.

Los productores de BC producen alrededor del 95 por ciento de los arándanos altos del país, según el BC Blueberry Council. (Rafferty Baker / CBC)

Dijo que BC produce un promedio de alrededor de 73 millones de kilogramos de arándanos cada año, aproximadamente el 70 por ciento de los cuales se exportan. Los envíos estadounidenses representan alrededor de dos tercios de las exportaciones, según Gill.

El proceso de la USITC es lo que se conoce como una  investigación de salvaguardia global del artículo 201. A diferencia de las disputas de la Organización Mundial del Comercio, lo lleva a cabo una agencia dentro del gobierno de los EE. UU. Y no analiza condiciones como los subsidios que hacen que el comercio internacional sea injusto, solo si una industria estadounidense está sufriendo como resultado de las importaciones.

Gill dijo que la noticia de la investigación fue una sorpresa el otoño pasado y la ha mantenido ocupada.

“Es un gran problema, requiere muchos recursos. Es una investigación muy corta, y desde mi perspectiva, tengo que estar muy involucrada y se mueve muy rápido”, dijo, y agregó que hizo presentaciones y hubo una audiencia el mes pasado. .

Después de esa audiencia, Gill dijo que no tiene idea de hacia dónde se inclina la comisión, y espera con ansias la decisión del jueves, independientemente de a quién favorezca.

“¿Es estresante? Quiero decir, el negocio continuará. Ya sabes, si se imponen aranceles o cuotas a la industria canadiense, obviamente eso no es algo que esperamos, pero tenemos que lidiar con eso ya que viene y sigue adelante “.