Manuel Alcaino, presidente de Decofrut: Este negocio no parará

“Pertenecemos al segmento adecuado. Tenemos la suerte de estar en un buen negocio. Se demostró en esta crisis que somos un sector estratégico para la economía y sobre todo para la vida y la salud humana”.

La visión de Manuel Alcaino es crítica al analizar el presente de la industria chilena del arándano al manifestar: “Yo veo complicada la situación para el arándano chileno y dependerá de qué tan rápidos seamos para reaccionar si mejoramos esta realidad y nos adaptamos”. El experto internacional en la industria exportadora de fruta sostiene que el arándano chileno tiene problemas desde antes de la pandemia en algunos mercados. Por cuestionamientos a su calidad y a su condición de llegada, principalmente. A esto se agrega la oferta creciente de industrias extranjeras que le disputan las ventanas de las que ha gozado, llegando en algunos casos a ser desplazarlo de algunas plazas. Sin embargo, a pesar de esta visión, su diagnóstico es optimista respecto al futuro de la industria, conservando estos reparos y subrayando que hay que agilizar con urgencia el proceso de cambios estructurales, y de paso contemplar también el escenario post pandemia.

Oferta completa y global

En entrevista anterior con este medio explicaba que actualmente el arándano es un producto que está en el mercado las 52 semanas del año, situación muy distinta a cuando existía la oferta americana en EEUU, por ejemplo, que luego había dos o tres meses sin abastecimiento y después venía la oferta chilena que abarcaba 2 o 3 meses más de ese mercado. Esos eran los períodos de venta en EEUU. Hoy llega la oferta peruana, que cubre la parte temprana de Chile, y la de México, que cubre la parte tardía. En Europa pasa lo mismo con Marruecos y con España, lo que configura un abastecimiento internacional completo en el año, por lo que “la exclusividad que tenía el productor chileno la perdió y esta es una realidad que no va a cambiar”.

Industria post pandemia

Manuel Alcaino comenta que la pandemia no ha afectado tanto a la industria chilena, “por ahora”, porque el virus se propagó después de los principales flujos de la industria. “Si hubiese sido más temprano habría afectado más los envíos”, advierte. El experto llama a enfocarse en lo que viene, de tal manera de enfrentar la etapa “post pandemia” haciendo los cambios necesarios y planificando a tiempo para abordar de manera exitosa el futuro inmediato de la industria.

“La fruta a granel o en bolsas en los supermercados ya no será viable. Todo lo que signifique una excesiva manipulación humana será desplazado por lo envasado. El clamshell cerrado y transparente logrará ventajas a la hora de decidir la compra”, subraya, y agrega: “La selección manual en el huerto de la industria mexicana, por ejemplo, deberá ser reemplazada por sistemas automatizados”, sostiene.

Según Alcaino, a la industria en general habrá que incorporarle más y mejor tecnología. “En el caso de la mano de obra, que ya es un problema, se agravará su carencia por las restricciones sanitarias y de distanciamiento que serán la norma por un buen tiempo”, comenta, e insiste en lo urgente de un cambio estructural en las variedades que se cultivan, agregándole a esta necesidad un nuevo obstáculo que tendrá que sortear: El transporte marítimo. 

Se alargan los viajes   

El presidente de Decofrut opina que Chile tiene que redirigir la industria hacia el cultivo de variedades que ofrecen un mayor calibre y una firmeza necesaria para enfrentar los largos viajes a destino. 

“Hay que considerar que el transporte marítimo post pandemia será muy diferente. Se verá afectado el tráfico fluido al que estábamos acostumbrados con salidas todas las semanas a distintos destinos. Hoy hay plantas que ya están cerradas y se han cortado líneas de ruta completas. Hay navieras que ya no funcionarán y lo más probable es que se espaciarán los envíos, ralentizando el flujo marítimo de carga, por lo que una fruta que no tenga las piernas para aguantar el tiempo que sumará la espera y el viaje no será viable para el mercado distante. Hay que mirar seriamente la nueva genética disponible y salirnos de las variedades actuales. Ahí es donde Chile tiene que invertir”, insiste.

Crítico en presente y optimista a futuro

“Yo veo complicada la situación para el arándano chileno y dependerá de qué tan rápidos seamos para reaccionar si mejoramos esta realidad y nos adaptamos”, advierte, aunque mirando el futuro en una perspectiva más general reconoce que los actores del mundo frutícola “pertenecemos al segmento adecuado”.

“Tenemos la suerte de estar en un buen negocio, porque este es un negocio que no va a parar. ¡No puede parar!, porque se demostró en esta crisis que somos un sector estratégico para la economía y sobre todo para la vida y la salud humana”, asegura. Comenta que el consumo no ha variado, al contrario, en algunos momentos ha aumentado si se compara semana a semana o mes a mes con temporadas anteriores. “En algunos momentos parece una venta de Navidad por el entusiasmo en comprar”.

Manuel Alcaino finaliza reiterando su llamado a implementar con urgencia el cambio varietal, que distintos expertos han advertido a la industria chilena, y de paso analizar en conjunto la crisis provocada por la COVID19, para adecuarse mejor a los diversos escenarios que surgirán post pandemia.

Fuente
Martín Carrillo O. – Blueberries Consulting

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